jueves, 11 de febrero de 2021

Los símbolos en las almas resquebrajadas y el derroche sanitario.

En las próximas horas el gobierno argentino fletará el cuarto vuelo a Rusia en busca, esta vez, de cuatrocientas mil dosis de la vacuna Sputnik V. Nuevamente, no será un servicio específico de logística en tal sentido sino un vuelo de un avión de pasajeros de Aerolíneas Argentinas con toda su tripulación a bordo. No se precisa ahondar mucho para advertir el despropósito entre costos y prestaciones que tal vuelo implica, solo me voy a limitar a mencionar un ejemplo y a recordar que, políticamente, esto es todo un símbolo. Un símbolo que confirman que Argentina no es más que una gran estancia con alguna que otra pústula de modernidad (como siempre lo fue). Tenemos un par de aviones que estamos pagando en leasing y los usamos para ir al otro lado del mundo a formar fila -siendo los últimos en la cola- para traer un puñado de vacunas como para ir tirando.
 
Argentina es esa familia humilde que vive en una casa modesta, tiene un vehículo alemán de última generación que vale más que la casa (y cuya cuota supera el monto de cuota por un préstamo para refacción con el que podrían haber hecho dos habitaciones, un baño, piscina de 8x4 y un quincho con asador y otro baño). Al vehículo solo lo utilizan para ir por arroz y legumbres al mercadito del barrio -para mostrarse orondos por su posesión-, pero no pueden llegar más lejos debido a que la cuota que pagan por él no les permite cargar suficiente combustible para hacerlo más allá del perímetro barrial.

Finalmente piensen que ante cada discusión familiar devenida por insatisfacciones, escaseces, y falta de recursos, la calma llega cuando todos se reúnen a tomar mate alrededor del artefacto y, mirándolo, sacian el alma pensando que eso es de ellos.
 
Esa familia es la República Argentina.

martes, 9 de febrero de 2021

La "gran conspiración" como vacuna efectiva para cegar el conocimiento.

Vivimos tiempos en los que nadie se quiere hacer cargo de nada. La política y los liderazgos son reflejo de eso. Es un tiempo, en opinión de no pocas personas (en especial de generaciones de más de 50 años y que tienen vívidos recuerdos de liderazgos firmes y corajudos), de pusilanimidad política. En especial en esa especie de égida que conocemos como "occidente", no es tan claro en Asia, donde el liderazgo parece tener mayor hidalguía y el "hacerse cargo" es asumido sin ambages por la ciudadanía.

En tal estado de situación cualquier anomalía por fuera de la media standard acostumbrada -reitero, especialmente en occidente- potencialmente puede generar un desequilibrio con el que tomará velocidad una histeria generalizada que puede realimentarse hasta límites insospechados. Salvo, reitero, que aparezca un liderazgo fuerte de los cuales occidente ya no posee. Las circunstancias así expuestas empujan al arco político a quedar expuesto a cualquier vaivén: una tormenta fuerte, huracán, sismo o inundación importantes en algún lugar del planeta -de los que siempre hubo pero no nos enterábamos por falta de comunicación- hoy parece ser el advenimiento del fin del mundo o la culminación del ciclo vital del planeta tierra. En este contexto, una pandemia como hace 100 años no se vivía podía generar un cimbronazo importante. Y así sucedió con COVID-19.

Ahora bien, confundir la entrega de la agenda de decisiones que un grupo de cobardes que no asume una realidad le otorga a científicos histéricos que están en la misma situación (los cuales recomendarán todo tipo de protocolos al tanteo movidos más desde el miedo que por la razón gestando pujas de grupos de interés en una economía de mercado capitalista), con una conspiración mundial perfectamente pergeñada por un grupo de personas que quieren esterilizar y domesticar a toda la humanidad como a ratas de laboratorio, considero que es un tanto fantástico. Y, dada también la pusilanimidad general reinante, imposible de hacer en caso de pensar que fuese eso posible. Porque para que ese tipo de elucubraciones finalmente se efectivicen, en algún momento se requerirá también de un liderazgo fuerte. Cosa que hoy no hay: Hitler hoy no podría formar lo que formó hace 90 años como tampoco podría hacerlo un sabio de Sion (y no estoy comparando unos y otros como si fueran lo mismo sino como intención de efectivizar lo pergeñado en el actual contexto de aplicación).

Entiendo que la cosa es más o menos así. Vivíamos cómodos en nuestra nube de pedos posteando selfies y hablando de guerras distantes, lejos de imaginar una hambruna cercana o ir a empuñar un arma para cagarnos a tiros a la vuelta de la esquina. A los actuales 25 años de edad no somos personas maduras, continuamos en la niñez (hoy es moneda corriente escuchar decir "el nene" o "la nena" a personas que en otro momento ya habían afrontado la dureza de la vida con la crudeza que la vida impone). La clase política comenzó a ser reflejo de eso, en tanto que en países líderes sus liderazgos se fueron protocolarizando de tal manera que, también ahí, la crudeza que implica el captar las consecuencias de una decisión fuerte se fue escindiendo en una innumerable cantidad de pasos (para evitar demasiadas tensiones y sufrimientos al líder sin que nadie se haga cargo de ninguna decisión, incluido el líder). Pero todo esto venía más o menos tirando hasta que apareció un virus que venía amagando, y surgió desde un lugar en donde la densidad poblacional y la asepsia de la vida cotidiana indicaba que era esperable que algo así sucediese allí (la historia de la humanidad es esto mismo). Tal anomalía fuera de la media en un mundo de comodidad que empujó a cierta estupidización cotidiana, expuso al sector político y a la gente en general al vacío absoluto de herramientas y templanza para tomar decisiones acertadas y adecuadas; La Unión Euorpea impidió inicialmente a Italia a cerrar sus fronteras y la envió al cadalso, luego por efecto demostración de esa mala decisión cundió el pánico y todo el mundo se fue al otro lado tomando la decisión de cerrar todo. Nadie quería pagar el precio de lidiar con muertes inevitables por miedo a ser señalado: es la sociedad pusilánime corriendo por ver de qué manera evitar vivir lo que de manera inevitable, debía ser vivido.

En ese entorno está la economía, el capitalismo y el mercado globalmente conectados. Y en ese contexto, el paliativo a esta situación imprevista tiene una sola fuente posible; los laboratorios de producción de vacunas para prevenir el mal mayor o la producción del medicamento de cura una vez la enfermedad se ha presentado (de suerte que no hayamos depositado la solución en un gran rezo colectivo). Es obvio que en la producción de laboratorios en un sistema capitalista existen intereses privados que se cruzan con la agenda política, y es aún más obvio que en ese contexto asistimos a diario a imágenes en las que captamos a aves de presa negociando con burócratas pusilánimes que conforman el mundo de la gestión pública. Y ahí ya tenemos el cocktail con el que podemos confundirnos: dimes y diretes, dichos y refutaciones, cambios de marcha, rectificaciones entre apuros y más marchas y contramarchas pueden ser vistos de manera apresurada como efectos de "una conspiración mundial". Es más difícil asumirlo como algo que está sucediendo y no fue previsto en medio de un contexto no preparado para tal cosa. Vivimos tiempos en los que nos cuesta asumir el todo ser así de la vida y siempre buscamos explicaciones por fuera. La teoría de la conspiración global también es emanación de esto.

Debo decir que por descreer de la conspiración no estoy soslayando que haya grupos de interés beneficiándose en demasía de todo esto -empujando sus lógicos lobbys- y otros grupos perjudicándose ante una circunstancia que, de no existir, no e habrían perjudicado. Pero reitero, no creo en absoluto que todo sea parte de un plan diabólico diseñado para transformar el planeta entero en un gran laboratorio. Eso es imposible.

jueves, 28 de enero de 2021

Hebe de Bonafini y la descomposición.

En las últimas horas, la Madre de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, volvió al ruedo con una nueva lucha, ahora es contra los evangelistas y, de paso, utilizó el envión para despotricar contra el ex presidente Mauricio Macri. Parece ser que dijo algo así: "Los evangelistas te pudren la cabeza como los macristas, son muy peligrosos". Una par de comentarios al respecto.

No tengo ningún problema con los evangelistas, no me obligan a financiarlos mediante mis impuestos, si vienen a mi puerta y les digo que no me interesa su propuesta, no me persiguen. Tampoco me señalan por la calle por no ser evangelista ni nada por el estilo. No voy a entrar en un dilema interreligioso porque tampoco me considero lo suficientemente comprometido con el catolicismo como para ponerme a criticar desde ese lugar al evangelismo (fui bautizado, hice catecismo, llegué a ser monaguillo pero hace décadas que no voy a misa). Lo que sí, observo, es que hay curas católicos que viven de mi trabajo, siendo más distante y borrosa la relación de transferencia entre mi trabajo y el ingreso de un pastor evangelista -por no decir nula-. Ahora bien, dicho esto ahora va la segunda y atañe a esta señora, en especial sobre eso de la pudrición de cabezas y peligros posibles (con algunas apostillas de obligatoriedades institucionalizadas).

Es llamativo que Hebe de Bonafini acuse de pudrición de cabezas a los evangelistas. Si hubo algo que distinguió el peregrinaje de Hebe de Bonafini en esta vida fue el hecho de pudrir cabezas, comenzando por la de sus hijos y finalizando por la institucionalización de su podredumbre. La pudrición que transfirió desde su seno materno empujó a la desaparición de dos de sus retoños, hecho que la catapultó a la fama política como portadora del sufrimiento adecuado para iniciar el reclamo "justo". Elementos con los que abrió las puertas a la circunstancia política adecuada para amplificar su capacidad de pudrición más allá de núcleo familiar. Y así sucedió.

Esta madre trunca no solo se dedicó a dar vueltas como en una calesita cada jueves en Plaza de Mayo, cubriendo su cabeza con un pañuelo blanco para llamar nuestra atención y dar el primer paso para desguarnecernos (nada mejor que el dolor y la conmiseración para abrir por completo la vulnerabilidad de los otros). De esta manera se fue apropiando de lugares de poder público que manipuló e hizo útiles para crear reglamentaciones como reaseguro para una pudrición forzada ante espíritus fuertes no fáciles de pudrir; una especie de vacuna de podredumbre.

Hoy prácticamente estamos obligados por ley a repetir los cuentos que esta gente recita como un mantra. Y no solo eso, sino hasta los protocolos para ponernos en pose para sollozar y recibir el título de "personas sensibles y comprometidas". No obstante eso, esta manipuladora atormentada aprovechó su avance para gestionar económicamente su posición, beneficiándose en cientos de millones de dólares con los cuales financió sus instituciones para "educar" a la gente (educar es una forma de decir, puesto que esa letrina que es la "Universidad de las Madres" se dedica a adoctrinar en el relato más arriba esbozado). Y todo ese financiamiento, absolutamente todo, pagado por vos y por mi. Dicho sea de paso, también hay causas en la justicia por cientos de millones de dólares que esta señora aún no explica a donde fueron a parar.

Esta mujer es todo lo que está mal y de alguna manera la hemos certificado como todo lo que está bien. Es así como avanzó esta verdadera putrefacción: Hebe de Bonafini ha sido a lo largo de su vida no más que una boletera de tren fantasma que posó de importante inventando una aureola de pureza por su condición de madre de desaparecidos (tapando siempre su responsabilidad en tal circunstancia). Una señora de una humanidad execrable que a partir de un dolor politizado institucionalizó la transferencia de su basura mental. Algo que solo en sociedades muy hipócritas y miserables se manifiesta posible y persistente en el tiempo como con ella ha sucedido en Argentina.

Hebe de Bonafini ES LA PUDRICIÓN MISMA, por eso ve pudrición por todos lados. No lo olviden.

martes, 19 de enero de 2021

Crisis, escasez y "neoliberalismo".

Hace semanas que en Argentina las fotografías de góndolas vacías de productos comienza a ser moneda corriente en las redes y plataformas informativas. Todo parece indicar que estamos ante un proceso de escasez en ciernes. Esperemos que esta situación pueda ser neutralizada y no llegue a la población de manera generalizada, manifestándose en forma cruda. Sin embargo, en caso de que esto suceda, debo pedirle al lector de esta entrada un par de favores acompañados de algunos comentarios: 

De suceder efectivamente ese proceso de escasez generalizada y, cada vez que el lector vaya a un hipermercado, super de barrio o mercadito de esquina y no logren conseguir ni siquiera papel higiénico, SOLICITO TENER A BIEN NO AGARRÁRSELA CON LOS LIBERALES (ni clásicos ni en su versión "neo") porque nada tendrá que ver el liberalismo o el "neoliberalismo" con sufrimiento alguno ante esa situación de escasez generalizada. 

Solicito, también, que ni se les ocurra pensar en una estupidez (que suele volver al ruedo ante cada crisis) divulgada a partir de un trabajo de Naomi Klein y que hemos conocido como "La Doctrina del Shock (que se repite en los ambientes de comunicación social en forma de cotorrerío). Esa teoría que sostiene qué, a partir de una gran crisis -muchas veces generada a propósito- los liberales y "los neoliberales" aprovechan para promover políticas de ajuste que dejan a la gente sufriendo. Por favor, ni se les ocurra repetir esa estupidez porque, les cuento, lo que sucede es precisamente al revés. 

Es porque la gente está sufriendo que aceptan -a regañadientes- las políticas que siempre despreciaron, tal como lo hace un perro malo que gruñendo acepta al desconocido que viene a curarle una herida. Es porque en ese momento perciben claramente cuál es la acción que conviene ante esa encrucijada, que permiten una ayuda que nunca antes debieron despreciar; las políticas liberales. 

Son las políticas liberales las que sacan a la gente de ese lugar a partir de esa aceptación. Pero la mayor parte de la gente no logra captar el lugar de la fuente de su salvación y dónde están quienes han acudido en su ayuda porque, como al liberalismo no le interesa hacer política con su acción justa ni está formado por cuadros que se alimentan de la adulación sino por ciudadanía civil cabal y consciente de su rol, SE ADMINISTRA DE MANERA EFICIENTE Y YA. 

Eso abre un hueco para la política de la adulación (que está siempre expectante). 

Aquella noble conducta liberal deja un espacio vacío que se va llenando con una parafernalia de parasitismo intelectual enquistado en -y apuntalado por- el financiamiento público. Toda vez que la administración correcta va haciendo que la crisis sea superada y todo mejora, se olvida el sufrimiento y esos espacios mencionados se ocupan con ejércitos de traductores políticos que se abocan a estigmatizar las causas de la mejoría: o sea, todo lo que huela a liberalismo. Y lo hacen porque son conscientes qué, de no hacerlo, quedarán sin nada y deberán ir por una vida en igualdad de condiciones al resto. Pero, al tener conciencia plena de sus limitaciones se dedican a estas traducciones politizadas para desplazar voluntades y vivir más allá de sus posibilidades reales. Y de esta manera se generan las condiciones para el devenir de una nueva crisis, PORQUE UNA SOCIEDAD PARASITARIA NO PUEDE MANTENER EN EL TIEMPO CONDICIONES DE BIENESTAR; tarde o temprano la falta de producción se manifiesta en forma de escasez. Es inexorable.

Así que por favor, le pido al lector una última cosa; cuando vuelva a observar abundancia en sus góndolas y perciba justicia en sus instituciones, no se vuelvas a equivocar a la hora de mirar donde estuvo la fuente de esas satisfacciones. Gracias.

miércoles, 13 de enero de 2021

La mesa de los argentinos está llena de góndolas vacías.

Fui repositor en Carrefour y recuerdo que los jefes, a las 21.45 (15 minutos antes del cierre) pasaban por las góndolas golpeando como quien golpea una bolsa de boxeo -en las góndolas de packs de leche "larga vida"- y empujando con la palma de la mano hacia el fondo en las de lácteos fríos; postres, yogurts, quesos untables y demás. ¿El motivo? Las góndolas debían estar completamente cargadas, no "frenteadas".

La técnica del frenteo se utiliza bastante cuando no hay stock suficiente o cuando el repositor quiere descansar, consiste en tirar hacia adelante la mercadería en tres hileras y simular una góndola llena; es como una especie de escenografía. Sin embargo esto trae problemas con el compañero del turno siguiente (que deberá correr como un atleta para llenar la góndola si el frenteo es a dos hileras, de lo contrario rápidamente aparecen los agujeros y las góndolas parecen destruidas a los pocos minutos de apertura de ventas, tirando al traste la imagen del hipermercado). Entonces, cuando un jefe pasaba golpeando y si la góndola no estaba llena, quedaba destruida como si hubiera sucedido un bombardeo.

Recuerdo un día que pasé por mi pasillo de reposición dirigiéndome desde el depósito al vestuario al momento del cierre, iba a darle la última mirada mientras caminaba a prepararme para ir casa, debía cruzar el hiper y eran las 21.55, supe que ese domingo iba a ser muy difícil terminar con góndola completa para la noche, había frenteado a 4 hileras porque al otro día era lunes de segunda quincena y sabíamos que no iba a haber demanda intensa a la mañana siguiente (tenía arreglado con "el Águila" -así le decíamos a mi compañero de la mañana- que él cargaría el resto pero que le dejaría frenteo a 4 hileras y no a tres o a dos). Pero resultó ser que, 21.55, veo mi góndola y tenía todo tirado; parecía Irak en plena bombardeo. Mi jefe había pasado golpeando todos los frentes y éstos se destruyeron al no estar llenos. Como debía dejar la góndola en perfecto estado porque de lo contrario me despedían -y no me podía dar el lujo de perder ese trabajo-, me quedé hasta las 24 horas cargando el faltante y acomodando todo. Como un dato de color recuerdo que había compañeros que eran entre un poco vagos y un poco pícaros que hasta se atrevían a desafiar a los jefes y a sus propios compañeros, llegando al extremo de frentear a una hilera. Sin embargo uno miraba la góndola y parecía completamente llena, aunque a los 15 minutos de la apertura siguiente pasaban a ser un desastre (solía haber peleas en el estacionamiento con empleados de diferentes turnos por estas conductas), aunque cuando se los descubría ERA MOTIVO DE DESPIDO SIN MIRAMIENTOS.

No se concebía una góndola vacía, era una tragedia inadmisible. Eran "los malditos" y "neoliberales" años noventa...

Bueno, dejo la imagen de una góndola hoy, en Carrefour...

No más palabras.


domingo, 10 de enero de 2021

Sin regulación, hay libertad de expresión.

El cierre de las cuentas a Donald Trump ha abierto el gran debate en torno a quién regula la libertad de expresión. Pero también abre el debate -y sería digno que lo abra- sobre si en efecto hay que regularla o no (soy de los que piensa que al ser regulada no hay libertad, por lo tanto la regulación no debiera existir). Resta saber si Trump empujó a esto de manera premeditada o no (no lo tomen por zonzo o por loco porque no se es empresario multimillonario siendo un idiota o no teniendo parámetros posibles de los resultados de tu próximo paso). 

En el caso Trump comienza a analizarse si las plataformas privadas con un supuesto sesgo mercantil y arbitrario no están violando la libertad de expresión y tomando el rol de regulación sobrepasando la potestad del sector público apoyándose en el derecho de propiedad. Esto indigna a los analistas de medios que, sabemos, adoran al estado y abominan del mercado. Pero también indigna a quienes están en la vereda contraria, porque observan de manera cruda que el arbitrio de corporaciones nacidas bajo la lógica de mercado muestran que también censuran -y de manera oscura- la libertad de expresarse tan declamada; para los primeros es la corporación capitalista tomando las riendas del decir, para los segundos es cierto socialismo enquistado en las nuevas plataformas atentando contra la libertad. 

Bien, par quien escribe es el inicio del crujir del estado en términos de su retraso institucional respecto de la velocidad de cambio cibernético al que marcha la humanidad. El estado y la capacidad burocrática de "regular el debate público" es algo que se encamina a la obsolescencia. De la misma manera que las corporaciones y su capacidad de ajustar el decir marchan hacia el mismo destino bajo la lógica pura de la competencia. Seguramente habrá embates y controles creativos (desde China pueden estar empujando a nuevas formas que desde lo que se conoce como "occidente" podrán tomarse) pero atrás de estas aparecerán respuestas en forma de más competencia y no habrá burocracia pública o regulación de mercado posible con que se pueda regular o reequilibrar el decir y el pensar.

Todo el desarrollo de los procesos eleccionarios serán manipulados cada vez más por las reminiscencias de estos reguladores que irán guareciéndose en esos lugares para mantener los últimos nichos de poder, lo estamos viendo. Hasta que llegará el momento en que hasta el formato tradicional del proceso eleccionario mismo (como proceso de legitimación institucional) se tornará también en un estamento completamente obsoleto y se manifestará como tal de manera clara y cruda ante nuestros ojos (elegir una persona en un puesto presidencial será prácticamente algo chistoso en unos años más, y lo mismo sucederá con la burocracia concomitante). 

Llama la atención el retraso cognitivo que hay en los especialistas en comunicación de nuestro medio local en torno a esto, se están quedando en la chiquita de "estado vs mercado" y se están perdiendo todo lo demás, que es la arena en donde se está desarrollando este innovador e interesantísimo proceso. 

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Lo que dice el posteo del fundador de Parler, John Matze, que dejo en la imagen, es lo siguiente: "El domingo (mañana) a la medianoche, Amazon cerrará todos nuestros servidores en un intento de eliminar por completo la libertad de expresión de Internet. Existe la posibilidad de que Parler no esté disponible en Internet hasta por una semana mientras nos reconstruimos desde cero. Estamos preparados para eventos como estos porque nos basamos en construir nuestros propios productos bare metal y nuestra infraestructura no depende de la propiedad patentada de Amazon. Haremos todo lo posible para cambiarnos a un nuevo proveedor ahora mismo, ya que tenemos muchos compitiendo por nuestro negocio, sin embargo, Amazon, Google y Apple lo hicieron a propósito como un esfuerzo coordinado, sabiendo que nuestras limitaciones e infligiendo el mayor daño como sea posible al Presidente Trump al banearlo de las plataformas tecnológicas. Este fue un ataque coordinado por los gigantes tecnológicos para acabar con la competencia en el mercado. Fuimos exitosos demasiado rápido. Pueden esperar que la guerra contra la competencia y la libertad de expresión continuará, pero no nos descarten."

viernes, 8 de enero de 2021

Empatía social y empatía de clase; nuevas muletillas de buenos para nada.

Últimamente he recibido algunos retos de colegas y amigos cada vez que critico el concepto de "empatía social" y "empatía de clase", suelen señalarme indicando que soy "un insensible". Pues bien, les he contestado que es precisamente todo lo contrario. Cuando critico esas palabras (que hoy parecen slogans) doy por sentado que ya no se pone en tela de juicio el rol de la función pública o privada en términos de apoyo hacia personas que, por diversas circunstancias, están en condición de vulnerabilidad. Es correcto que quienes están en esa situación obtengan asistencia y "empatía". Sin embargo lo más importante para efectivizar el fruto de esa sensible mirada es la Ley, la Constitución y el Derecho, no la empatía en sí. Cuidado con repetir mucho eso de "la empatía" y olvidar esas tres categorías mencionadas, porque podemos terminar condenando a las personas que requieren y necesitan de nuestra asistencia, a quedar sin protección, sin ley y sin derechos y solo expuestas a "nuestra mirada empática". Y eso puede decantar en una especie de sublimación snob parada en una supuesta bondad propia que no es más que una pose (como ya parece estar sucediendo). 

Cuando critico a quienes piden empatía cada dos frases, me refiero al tipo de personas que a continuación describo:

Apunto a personas que EXIGEN empatía para sí y para otras -generalmente parte de un colectivo cerrado o levemente ampliado- y no sufren ninguna desventaja objetiva como para sustentar tal exigencia. Siendo además las primeras en descalificar al resto cuando no se cumplen sus caprichos.

Me refiero a personas que, por caso, NO EXIGEN EMPATÍA para con un venezolano que vino con una mano atrás y otra adelante y fue asaltado mientras trabajaba con su bicicleta entregándole a deshoras la cerveza que consumen. 

Me refiero a esas personas que EXIGEN EMPATÍA pero estudian y no pagan por sus estudios, viven en un departamento financiado por papá y mama, meten dos materias al año -con suerte- y detestan los principios con los cuales papá y mamá consiguen los recursos para bancarlos.

Me refiero a quienes odian el trabajo por considerarlo una categoría "burguesa" y por lo único que mueven sus capacidades es para ir a manifestaciones y jornadas que van desde la celebración del aniversario de la revolución cubana hasta "jornadas de reflexión del mayo francés".

En definitiva, me refiero a esa gente que usando la palabra "empatía" cada dos frases y teniéndolo todo a su alcance portando la capacidad plena de sus funciones, producen menos que quienes deben desarrollar su vida sentados en una silla de ruedas y que de hecho producen más.



viernes, 1 de enero de 2021

El nauseabundo perfume de la libertad de expresión.


Hace 10 años Revista Barcelona (una letrina que tapa su hedor con el perfume de la sátira y se cubre bajo el concepto de "derecho a la libertad de expresión") hizo una contratapa direccionada a desprestigiar a Cecilia Pando y todo lo que representaba su reclamo. La tapa generó polémica por lo que ella contenía más allá de "lo satírico" (apelativo pueril que se utiliza como defensa ante la acusación de bullying).

En 2010 Cecilia Pando inició una acción legal y en 2017 la Sala D de la Cámara Civil confirmó el fallo en primera instancia contra la Revista Barcelona, imponiéndole una indemnización de 70 mil pesos. En aquel momento ese fallo generó el horror en el universo periodístico que se autopercibe "comprometido con lo social". Ingrid Beck, la Directora de la Revista, sostuvo: "más allá de diferencias políticas o ideológicas, este fallo vuelve a sentar un pésimo precedente para la libertad de expresión en el país”. En tanto que Martín Becerra, otro militantes camuflado de objetividad disfrazando sus posturas tras el ropaje de cierta conceptualización analítica, declaró; “con asombrosas contradicciones argumentales y una resolución divorciada de los fundamentos invocados, la Cámara de Apelaciones recorta con esta decisión los márgenes del ejercicio de la sátira y la crítica corrosiva sobre el accionar público de figuras públicas”.

Tanto fue el cántaro a la fuente que la semana pasada la Corte Suprema, priorizando el derecho a la libertad de expresión, revocó aquella condena por daños y perjuicios contra Revista Barcelona.

Bien, ante esto entonces dejo una humilde recomendación para quienes, aún horrorizados por aquella tapa, pueden llegar a coquetear con el argumento que versa sobre "el marxismo cultural y el triunfo de la izquierda gramsciana en las instituciones". Sugiero no ponerse a llorar acusaciones y comenzar a actuar golpe por golpe. La cosa es más sencilla; trabajar con las mismas herramientas pero en sentido contrario.

Hay que ir a los límites y probar los extremos analíticos de eso que nos venden como "sátira". Un buen intento sería armar una imagen como la que se hizo de Cecilia Pando pero, por caso, con Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto o Taty Almeida en ella (aunque en lugar de cuerpos contorneados bien podría utilizarse imágenes de pasas de uva o flores marchitas como para asegurar el golpe de efecto). Con ello se podría chequear el horror en la vereda de enfrente y probar hasta donde llegan los límites formales de eso que llaman "libertad de expresión" ¿Recuerdan el horror que generó la tapa de Cristina Fernández de Kirchner masturbándose con el poder? 

Seguramente a partir de esa respuesta comenzarán los llantos del tipo "no profundizar la grieta". Ya lo verán...

(dejo con esta entrada aquella contratapa, la cual tapé con el logo de la revista porque las normas comunitarias de las plataformas no me permiten colgar la contratapa original y en la parte inferior contrasté con las tres mujeres mencionadas)



jueves, 17 de diciembre de 2020

Argentina está sangrando.


Que se establezca como necesaria una Secretaría de Menstruación dentro del Ministerio de Géneros y Diversidad está mostrando algunas cosas.

- Que económicamente estamos muy, pero muy mal, peor de lo que pensamos (porque supuestamente esta Secretaría manejaría fondos para entregar a mujeres en situación vulnerable elementos con los cuales afrontar el proceso menstrual).

- Qué educativamente estamos muy, pero muy mal, peor de lo que pensamos (porque supuestamente esta Secretaría debería coordinar equipos de trabajo en temas de educación menstrual para mujeres que están en situación vulnerable).

- Qué socialmente estamos mal, pero muy mal, peor de lo que pensamos. Porque eso que se llama "tejido social" está completamente deshilachado (evidentemente esta necesidad está mostrando que la relación entre esas madres e hijas se desarrolla en peor condición de transmisión que la de los animales, porque hemos llegado al punto en que esas madres no alcanzan a la abstracción mínima para transmitir a sus hijas la experiencia menstrual y el protocolo más básico de esa parte de la existencia humana).

Yo no festejaría ni militaría como un logro o una victoria el hecho de impulsar la creación de esa Secretaría, no hay nada que celebrar si hemos llegado a tener, como política pública, la necesidad de asistir la menstruación femenina. ES UNA TRAGEDIA. Por esto me choca ver mujeres sacándose la foto haciendo la V de la victoria portando un nuevo color de pañuelo, ahora el naranja. Ante esto deberían estar con el pulgar hacia abajo y, sin alardear, trabajar en silencio para paliar este increíble estado de situación argentino en el siglo XXI.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Izquierda y kirchnerismo ¿Prerrogativa de sangre o la petulancia de los idiotas?

Dejo algo breve para aclarar, una vez más, ciertas contradicciones. Porque por lo visto mucha militancia de izquierda en general -y kirchnerista en particular- no lo entiende, se hacen los idiotas o no les da la cabeza para entenderlo. Aclaro que me parece no solo estéril y detestable el rol de cada una de las funciones que a continuación describiré y los objetivos por los cuales fueron creadas, también me parece idiota la militancia actuando el anhelo que a continuación se describe, solo me interesa poner luz sobre la contradicción que subyace en ellos.

- Si vivís de intentar diseñar la vida de las personas, regulándolas en su forma de pensar y señalándolas cuando se salen del molde prediseñado, no podes vos estar afuera de ese molde.

- Si ganas un suculento ingreso educando a la ciudadanía para que se persiga entre sí cuando advierte discriminación y sos vos quien definió "qué es y qué no es discriminar", no podes andar discriminando.

- Si hiciste una carrera política lloriqueando porque te discriminaron por "negro de mierda o negra de mierda" "feo-fea" "gordo-gorda" "viejo-vieja", no podés andar discriminando a otras personas diciéndole "blanco de mierda o blanca de mierda" "desclasado o desclasada de mierda" "cipayo del orto o cipaya del orto".

- Si tu arte fue llorar para acomodarte y denunciar tus dolores porque consideras que ellos son importantes y el dolor debe ser respetado, no podes cagarte de risa del dolor ajeno.

- Si tu anhelo de sistema de gobierno y tu militancia apuntó siempre a señalar a los ricos y su opulencia y forma de vida como causa de la pobreza, y si llenas tus bolsillos hablando en nombre de los pobres, no podes mostrar que te estás desviviendo por vivir con la opulencia de los ricos y te asquea la miseria de los pobres.

- Si estas forrándote en guita porque lograste conseguir un puesto público gracias a que rascaste la guitarra del "vivir con lo nuestro" y pergeñas prohibir la compra de divisas (persiguiendo a quien intenta hacerlo para viajar al exterior más allá de lo permitido) no podes andar tomándote selfies en un shopping de Miami adornado con artefactos electrónicos que en tu país no se consiguen.

Es la izquierda en general y kirchneristas en particular quienes hicieron una carrera del lloriqueo (como Brancatelli, Echarri, "le pibi" Grimson y su padre, Donda y mucha militancia universitaria, académica y artística); obtienen buenos dividendos y puestos políticos gracias a lloriquear y lloriquear (lo llaman "ocupar espacios"). VIVEN DE ESO. Se quejan de la discriminación de otras personas y discriminan a más no poder.

Si eres de izquierdas y/o kirchnerista y no captaste este hilo, te puede estar pasando lo siguiente; no te da la cabeza, te estás haciendo el idiota (o la idiota) o crees que estás en un peldaño moral por sobre el resto. Si es esto último, te cuento que en realidad estás mucho más abajo.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Pescando en la historia con la caña del presente.


Hay gente que tiene la costumbre de mirar el pasado con las categorías del presente; por ejemplo Felipe Pigna. Este historiador sostiene que Mariano Moreno fue "el primer desaparecido de la historia argentina". Y lo dice así: 

"El cuerpo de Moreno fue arrojado al mar como ocurriría mucho tiempo después con otra gente que resultaba incómoda a los que anteponen la razón de Estado a cualquier otra cosa. Para algunos una bala en la nuca y una tumba sin nombre, para otros veneno y el mar como tumba. Como decía Sócrates, para algunos estados los pensadores valen muy poco". F, Pigna: https://www.youtube.com/watch?v=F25pKWvE5Lw

Este sujeto al hacer esto no solo inyecta una anomalía conceptual en el análisis histórico, también traslada esa anomalía hacia quienes se introducen en la historia desde los planes de estudio pergeñados en base a tal yerro de traducción. Y ambos errores (devenidos a su vez por el desplazamiento del pensamiento -basado en la razón-, a manos del deseo -basado en la voluntad militante-) inoculan un resentimiento que será imposible de revertir sobre la base de conceptos desarrollados con un espíritu racional. Esa categoría muere en el estudiante puesto que, al ingresar por tal camino, es vacunado contra el espíritu positivo y el pensamiento lógico -único camino fértil para asegurar el desarrollo de un análisis crítico-, para ser adormecido con el apresuramiento del deseo y la voluntad. La sed de investigar para conocer queda saciada con un trago amargo que busca un reequilibrio justiciero: Muere el espíritu científico y nace el adormecimiento militante.

En la mitología griega aparece una carrera de carros que se disputó hacia el año 1200 a. C. La carrera fue parte de los juegos fúnebres en honor a Patroclo (que había muerto a manos del Príncipe Héctor en la Guerra de Troya). De esa carrera de carros participaron Diomedes, Eumelo, Menelao, Antíloco y Meríones, resultando Diomedes vencedor luego de una caída de Eumelio.

¿Qué hace Pigna cuando lleva al pasado símbolos del presente al definir a Mariano Moreno como "el primer desaparecido"? Lo mismo que yo haría si sostengo que Diomedes fue el primer ganador de un Gran Premio de Fórmula 1 aprovechando el fuera de pista de Eumelio. 

Una estupidez.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Potestad, dominación y dolor político como slogan autoritario; el fin de un ciclo.


Por años la militancia kirchnerista, de izquierdas y nacionalpopulista se refirió a quienes no pensaban como ellos con innumerables apelativos descalificativos. Por años, quienes no pensaban como ellos, hicieron silencio; un poco temerosos, un poco respetuosos y otro tanto por creer, efectivamente, que esos apelativos descalificativos podían llegar a tener algún contenido de verdad. Por años empujaron a la gente que no pensaba como ellos a una especie de ostracismo institucionalizado. En cumpleaños, instituciones públicas y educativas, encuentros de ocasión, eventos más o menos sofisticados, peñas y hasta en la cola de la verdulería había cosas que no se podía mencionar: ¿Cómo osar plantear que una juventud maravillosa tal vez no había tenido tal fantasioso atributo? ¿Cómo atreverse a la irreverencia de pensar que tal vez treinta mil no era un dato cierto sino un artilugio para cobrar un subsidio internacional? ¿Cómo sugerir que una parte de quienes se fueron al exilio lo hicieron por haber entregado compañeros y compañeras de militancia? ¿Cómo sugerir que las causas de todas las injusticias y la falta de memoria y verdad podrían haber sido motivadas por las acciones de quienes ostentaban el monopolio del dolor, de los derechos humanos y de la "memoria, la verdad y la justicia"? ¿De qué manera se podía decir que la política de escraches públicos de agrupaciones como H.I.J.O.S era un claro comportamiento fascista?

Toda vez que se intentaba, si quiera, comenzar una pregunta por el estilo, una andanada de dedos señaladores apuntaban contra la persona que pretendía abrir tales posibilidades de pensamiento.

Pero todo comenzó a cambiar hace aproximadamente una década, cuando el auge de las comunicaciones hizo que las voces otrora silenciadas comenzaran a tener su espacio. Y es en ese momento que comenzó a tambalear el statu quo de ese universo de señaladores seriales que tenían la potestad monopólica de construir la agenda de lo políticamente correcto. Hoy aquellas preguntas ya no solo tienen una categoría de hipótesis para sugerir una posibilidad como elemento para abrirse al pensamiento, sino contienen una categoría de verdad irrefutable. No hubo juventud maravillosa, tampoco fueron treinta mil. Y sí, una parte de quienes se fueron al exilio fueron entregadores de compañeros y compañeras, los "derechos humanos" en Argentina son poco menos que una letrina y vivimos día a día violando todo tipo de derechos; no tenemos memoria y menos aún justicia. La agrupación H.I.J.O.S actuó -y actúa- con un comportamiento fascista y ya podemos indicar, sin temor a equivocarnos, que esa gente que osó señalar por décadas a la ciudadanía que no pensaba como ellos es la causa originaria de nuestra pobreza estructural, declive económico, vacío educativo y miseria generalizada.

El statu quo se quebró y emergió con fuerza el contrapeso que puso en perspectiva el camino a la verdad.

¿Y qué hace hoy esta gente que por décadas tanto señaló al resto?

Hoy vuelve a intentar lo mismo; señalarnos como "sembradores de odio". Pero hay una última verdad que deberá quedar sellada para dar el golpe de gracia a ese statu quo de papel. El odio siempre fue parte de esta gente, lo que se está manifestando en su contra no es odio, es el amor verdadero que por mucho tiempo tuvieron maniatado en un rincón institucional de nuestra Nación.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Isidoro Argentino, la historia de un país.


Isidoro Argentino tiene un ingreso de 25 mil pesos por mes y decide un gasto de 96 mil pesos con tarjeta, el cual afrontará en 12 cuotas de 8 mil pesos por mes cada una. Isidoro Argentino no ha sido educado en lo más básico de las artes de administración y por lo tanto no advierte claramente que deberá vivir -durante esos 12 meses-, con 17 mil pesos (25 mil pesos menos 8 mil pesos de cada cuota mensual). No obstante ello, tampoco tiene muy claro que no debería consumir más con su tarjeta y deberá adecuar sus gastos a ese nuevo número de 17 mil pesos para disfrutar sin sobresaltos su compra de 96 mil.

Promediando el mes siguiente llega el primer resumen de su tarjeta, pero Isidoro Argentino ya ha gastado 15 mil pesos de los 25 mil pesos de su ingreso. Advierte que debe afrontar la semana y media que aún resta del mes hasta el próximo cobro, con 10 mil pesos. Sin embargo advierte que debe utilizar 8 mil de esos 10 mil para pagar su tarjeta. Hace cuentas y concluye que dos mil pesos no alcanzan a cubrir lo mínimo para vivir los próximos 10 días hasta el pago de su salario. Entonces decide pagar el mínimo de mil pesos para poder vivir el resto del mes sin ajustarse demasiado. Como no advierte el peligro de esa conducta (puesto que no está educado en administración), entiende que el mes siguiente de alguna manera se acomodará "gastando un poco menos".

Al mes siguiente Isidoro Argentino cumple con su conducta y logra vivir los primeros 20 días con 10 mil pesos, guardando 15 mil para destinar 8 mil a su tarjeta y, de continuar su ajuste, vivir los 10 días restantes con 7 mil pesos. Pero deviene nuevamente la sorpresa; el resumen de su tarjeta indica que deberá pagar 19 mil pesos (8 mil de la cuota, más 7 mil que quedaron del pago mínimo anterior más 4 mil de intereses por esos 7 mil que habían quedado). Angustiado, Isidoro Argentino decide volver a pagar el mínimo, que ahora es de esos 8 mil pesos que tenía destinado, pero en 19 mil de resumen. En el segundo mes, entonces, Isidoro Argentino deberá vivir con 7 mil pesos los últimos diez días y dejará 11 mil pesos de deuda flotante que acumulará intereses hasta el próximo resumen del tercer mes. Ha comenzado un sufrimiento que Isidoro Argentino siente e intuye, será creciente, sin embargo no alcanza a captar su dinámica operativa con el criterio racional suficiente como para poder poner fin a esa tensión y diagramar una solución lo menos dolorosa posible para sus finanzas personales.

Se aproxima el resumen de su tarjeta al tercer mes e Isidoro Argentino está preparado: solo vivió los primeros 20 días del mes con 8 mil pesos, por lo cual está confiado en comenzar a corregir su problema. Pero la ley del garrote y la zanahoria es difícil de soslayar -lamentablemente Isidoro Argentino eligió el garrote en el primer mes-; al llegar el resumen del tercer mes éste muestra la friolera de 25 mil pesos (11 mil de deuda flotante más intereses más 8 mil de cuota). Isidoro Argentino se desespera y decide cortar por lo sano con eso que, advierte, ya no podrá frenar (ahora tiene 17 mil pesos y sabe que, aunque decida vivir con dos mil pesos los diez días restantes del mes y dejar 15 mil pesos para pagar el resumen, ya no podrá frenar el monto exorbitante de deuda flotante y pago de intereses). De esta manera va a una financiera de barrio a pedir 20 mil pesos a sola firma para saldar el monto total de deuda de su tarjeta. Los obtiene y se retira tranquilo, va silbando a pagar su tarjeta. Siente que ahora le sobran recursos y lo peor ya pasó; 20 mil en el bolsillo, más 5 mil (de los 17 mil ahorrados) con lo cual pagará total el monto de tarjeta y tendrá 12 mil para vivir holgado los diez días restantes del mes. Y así lo hace.

Al cuarto mes gasta 10 mil en los primeros 20 días, para no tener sorpresas desagradables. Viene la tarjeta y efectivamente, puede pagar 8 mil pesos con 15 mil que aún dispone. Tranquilo llega a su domicilio pensando que tiene 7 mil pesos para vivir los 10 días que restan del mes. Pero suena el teléfono. Lo llaman de la financiera de barrio diciendo que tiene 24 horas para pagar la primera de doce cuotas de 7 mil pesos con las cuales el mes anterior obtuvo 20 mil pesos a sola firma, so pena de duras represalias. De esta manera, Isidoro Argentino -un analfabeto financiero-, se queda sin dinero faltando 10 días para cerrar el mes y comenzará a gastar a cuenta con su tarjeta de crédito. Olvidando que al mes siguiente deberá pagar 8 mil por la quinta cuota, más 7 mil de gastos por vivir los diez últimos días del cuarto mes, más 7 mil de segunda cuota de la financiera de barrio.

El quinto mes Isidoro Argentino cobra 25 mil pesos y deberá destinar, solo por pago de deuda, 22 mil pesos (prácticamente el 90% de sus ingresos destinados a pagar deuda). De esta manera Isidoro Argentino deberá vivir el quinto mes con 3 mil pesos -siempre que pretenda vivir, a partir del séptimo mes, con 10 mil pesos libres luego de cubrir la deuda adquirida de 15 mil pesos fijos por mes y luego de cubrir los 7 mil adicionales del gasto de tarjeta por los últimos 10 días del quinto mes. Pero para ello Isidoro deberá hacer un ajuste brutal en sus gastos.

44 millones de Isidoros Argentinos pueden formar un país y, comportándose de esa manera, nos pueden mostrar lo necesario para comenzar a comprender nuestras marchas y protestas de cada día. Esas del tipo; "Fuera el FMI" "luchemos contra el neoliberalismo" y "el imperio nos quiere dominados y endeudados".

Así somos, así estamos, así nos educamos.

lunes, 26 de octubre de 2020

Chile se vuelve a constituir.

Veintiocho años atrás, para conmemorar los 500 años de la llegada de Colón a América, se realizó la "Exposición Universal de Sevilla 1992". Allí Chile sorprendió con su muestra, el país trasandino montó en su pabellón un iceberg antártico de 60 toneladas. El objetivo era mostrar a Chile como un país eficiente para el comercio internacional (el iceberg fue transportado en dos partes dentro de contenedores especialmente refrigerados). Sin embargo se había transportado otra idea que no se decía con palabras sino con los símbolos que esos trozos de hielo contenían y representaban: Chile no debía ser asociado al tropicalismo latinoamericano en el inicio de esa década signada por la apertura y la globalización comercial. Quebrar el sentido implícito que en esa interpretación subyacía en el resto del mundo también era un objetivo para apuntalar la dirección de la estrategia de inserción internacional que Chile pretendía. Dicho de criollo; había que desprenderse de esa mirada lationamericanista del tipo "republiqueta bananera".

Se desarrollaba la década del 90 y Chile lo había logrado; la inserción internacional de ese país no paró de crecer promoviendo negocios y oportunidades para sí y para el mundo; Falabella, Cencosud, CMPC y Latam hoy son prueba de aquel impulso de gestión comercial internacional, también el crecimiento constante de aquella economía, la caída sostenida de los niveles de pobreza y la mejora de todos sus indicadores (incluido el de redistribución) fueron indiscutibles. 

Hace unas horas el país trasandino ha vuelto, tal vez como en aquel momento de 1992, a tomar una decisión trascendental de cara a las próximas décadas; el 80% de su población ha pedido en un plebiscito un cambio constitucional. Se cierra así un ciclo de violencia que comenzó el pasado año y que no había terminado. Y se abre un ciclo de incertidumbre respecto de lo que, se especula, sobrevendrá. 

El Chile de los últimos 40 años ha concluido el día de hoy. 

Para algunas personas la inmanencia igualitarista (tapada circunstancialmente por un dictatorial sistema impuesto a fuerza de golpe y "punitivismo neoliberal") ha predominado: La "Patria Grande" se ha abierto paso tomando el último gran bastión que quedaba. Para otras personas Chile está dando el paso inevitable que toda sociedad desarrollada debe dar para encaminarse definitivamente hacia lo más alto del medallero y hoy ha entrado en la segunda fase, una que le brindará el nuevo impulso para sellar definitivamente lo que con aquel Iceberg comenzaron a construir. Y, para otras personas, con el plebiscito hemos asistido al último gran acto "democrático" que conforma parte de la estrategia global que, desde Cuba, se traza para América Latina en forma de un coto de caza para mantener esos viejos anhelos de la izquierda comunista internacional en su lucha contra el avance del capitalismo liberal.

De mi parte creo que hoy Chile no tiene mucho por celebrar. Pero puedo estar equivocado, ciertamente. 

Veremos.

sábado, 24 de octubre de 2020

Enseñanzas para el poskirchnerismo


La gran enseñanza que dejará el paso del actual gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández a la hora de la agenda de gestión que trazará un próximo gobierno no kirchnerista (y que esperemos esta vez sí, sea comprendida), deberá pasar por no tomar en serio el guion y la agenda de reclamos que, de seguro, volverán a impulsar desde las huestes kirchneristas cuando no sean gobierno.
 
Ha quedado demostrado que todo, absolutamente todo de lo que se quejaron durante 4 años no era más que un guion para posicionamiento militante. Los indicadores que supuestamente mostraban niveles de horror a partir de los cuales emanaban llantos a los cuatro vientos, hoy son terriblemente peores comparados al nivel de aquellos "años macristas". Años que los vio molestando mañana, tarde y noche en cuanto lugar pudieron hacerlo; desde la micromilitancia en el negocio de la esquina con una actriz berreta que gritaba llorando por no poder pagar los servicios ni darle de comer a sus hijos hasta la megamilitancia en plazas y calles que los mostró abrazando edificios públicos como si fueran un ejercito bolchevique enyoguizado (pasando por los piquetes a las entradas de las empresas de producción y los cortes de rutas nacionales). 

¿Qué ha sucedido que hoy hay un silencio sepulcral ante el desplome de aquellos indicadores que los hizo poner el grito en el cielo? ¿La pandemia? No. Nada de eso: 

Lo que ha sucedido es que se acomodaron donde querían; esa era toda su lucha. 

El kirchnerismo no lucha por una sociedad mejor, más justa, con menos pobreza y más oportunidades. El kirchnerismo lucha por atemperar la miseria propia mediante el acomodo publico; el kirchnerismo es la más fiel representación del gobierno de ñoquis para ñoquis (sacando excepciones y con independencia a alguna que otra corriente de izquierda que anda por ahí pululando). 

Recordemos esto a la hora de tener que escuchar nuevamente sus desgarradores gritos cuando ya no estén en el poder, puesto que la batalla no habrá terminado con el triunfo sobre esta gente en una elección; ahí precisamente es donde comenzará. Y la mejor forma de librarla inevitablemente deberá comenzar por no agachar más la cabeza con actitud de respeto por sus "dolores morales" (la pobreza, los desaparecidos, las injusticias y demás cuestiones que en boca de esta gente fueron, son y serán solo slogans). 

Esperemos que el próximo gobierno tome finalmente la enseñanza que por estos días este gobierno nos está dando. Para no volver a caer en el mismo error que cometió el gobierno anterior. Porque se puede.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Messi, la argentinidad y el ser nacional.


YPF ha sacado la publicidad "Bienvenido Messi a YPF". Cuando la vi no lo podía creer; es un compendio de nacionalismo berreta que muestra el corazón de eso que llaman "la argentinidad". 

La cosa es así. A medida que pasa una sucesión de imágenes de chicos jugando al fútbol en diferentes potreros (del conurbano, de la Patagonia, del norte árido y de la pampa húmeda) y en la que se mezcla la clásica imagen del pequeño Lionel Messi jugando en una cancha de niños en Rosario, una voz en off relata la bondad, pureza, nobleza y estirpe que significa portar la esencia argentina: El "haber nacido en este suelo". Sin embargo en el instante inicial del relato aparece la imagen de Messi ya consagrado. Y el inicio dice así; "algunos dicen que es extraterrestre, pero nació en este suelo. Porque en este suelo hay gambetas, enganches, frenos. Sueño sin frenos..." 

Y en el caso de Messi es justamente al revés; si hubo un gigantesco freno para él y sus sueños, ese freno se llamó Argentina...

Messi lo único que tiene de argentino fue haber nacido aquí, de la misma manera que un trans lo único que tiene de hombre fue haber nacido "macho". Reitero, si hubo un freno para sus sueños ese freno lo pusimos desde Argentina, puesto que cuando Messi era un niño, el típico negador argentino (de los que tenemos a raudales y es fiel representante de eso que llaman "argentinidad") le dijo; "nene, dedícate a otra cosa porque sos muy chiquito para jugar al fútbol, con ese cuerpito no servís, papá...

Y si hubo alguien que le abrió el camino a sus sueños fue el Club Barcelona de España y un plantel de profesionales de otro nivel (de otro planeta en los términos de la publicidad) y en un entorno que nada tiene que ver con el chiquero en donde nació. Claro, una vez siendo el que es lo tenemos "como nuestro" y hasta le exigimos que cante el himno! (osando señalarlo con un dedo inquisidor si no lo canta para de paso exigirle "que nos de un mundial").

¿Pero de qué se trata Argentina y esa cosa que la publicidad define metafóricamente como "la argentinidad"? Es algo así:

Argentina es esa familia horrible que no deja ir a uno de sus miembros (para que no progrese sin ella) y lo hace apelando a la culpa para que se quede; "claro vos te vas porque no nos querés". Para pasar, una vez que el miembro se ha quedado, a utilizarlo para lavar pisos y tapar manchas de humedad hasta comerle la última gota de dignidad que tenía como motor para vivir por sí mismo.
 
Pero la publicidad de YPF nos sugiere que tenemos el brío, el temple, la potencia y la prestancia de la NASA, la OTAN, las FFAA Chinas, la Agencia Espacial Europea y toda la flota rusa, aunque aquí como cualidades nacidas de manera espontánea en un potrero franciscano (y sin rigor de entrenamiento, solo por "ser argentinos")


miércoles, 7 de octubre de 2020

Heterodoxia y ortodoxia en economía (o de cómo quitar un rebelde tornillo)

La diferencia entre la corriente ortodoxa y heterodoxa en economía no pasa por la vulgata que versa "los ortodoxos piensan en átomos" y "los heterodoxos piensan en lo social". La diferencia entre estas corrientes pasa porque los primeros asumen el comportamiento libre de las personas y actúan con los parámetros de administración posible técnicamente adecuados, en tanto que los segundos asumen un comportamiento posible de inducir y utilizan cualquier tipo de herramienta que les venga a mano con tal de poder empujar a ese comportamiento imaginado. 

Me voy a valer de un ejemplo entre dos sujetos que intentan quitar un tornillo demasiado agarrado a una madera, y voy a mostrar sus actitudes -y aptitudes- ante el tornillo, también sus comportamientos tal como lo hacen ortodoxos y heterodoxos en economía. 

Un ortodoxo lo primero que hará será medir el tamaño correcto de la cabeza del tornillo, chequeará la dureza o blandura del material (para evitar deformaciones que puedan complicar el trabajo), abrirá su caja de herramientas, observará cuál es el destornillador correcto e intentará sacar el tornillo. Generalmente el tornillo sale sin demasiados problemas si se utilizan las herramientas adecuadas (algo de óxido en la rosca puede dar algún problema adicional pero en la caja de herramientas del ortodoxo habrá un aerosol para tal fin que compró luego de haber enfrentado tal problema por primera vez y lo pudo resolver con Coca Cola... 

El heterodoxo ante el mismo tornillo lo primero que pensará es "esto debe salir de ahí". No tendrá a mano una caja de herramientas adecuada y buscará en la cocina diferentes tipos de cuchillos (creyendo tener variedad que asegure una correcta adaptación a la cabeza del tornillo). Para comenzar a hacer fuerza el heterodoxo solo necesitará confirmar que ha logrado hacer ingresar la punta de uno de esos cuchillos en la cabeza del tornillo (no le importará la profundidad ni la geometría de palanca, tampoco reparará en la forma y le dará lo mismo si la cabeza es en cruz o recta). De esta manera, ante el primer empuje de fuerza, el heterodoxo quedará librado a la suerte o el milagro como elementos reales con posibilidades de hacer girar al tornillo; pero al heterodoxo generalmente la suerte le es esquiva y los milagros rara vez suceden. 

Ante el anómalo funcionamiento del particular protocolo comenzará el derrotero de empecinamiento y persistencia para lograr esa extracción (aunque ahora el heterodoxo potenciará la errónea ejecución sin darse cuenta); aparecerán las deformaciones de bordes de la cabeza del tornillo hasta que percibirá que los cuchillos están zafando. Al advertir que ya no puede ejercer fuerza alguna con la que pueda vislumbrar quitar el tornillo, comerá los bordes de madera contiguos a la cabeza para intentar la extracción tirando hacia afuera con una pinza. Ya con la madera rota manifestándose adelante de sus ojos comenzará a sospechar de su propia chapucería. Finalmente irá por una caja de herramientas y buscará un destornillador (aunque tomará uno de punta recta y no de punta en cruz). Si el tornillo aún se resiste -cosa muy probable porque ya tiene su cabeza completamente deformada- limará los bordes laterales del destornillador para que ingrese aún más en la cruz de la cabeza del tornillo. A esa altura el heterodoxo terminará cayendo en cuenta que es prácticamente imposible sacar ese tornillo sin romper algo que no debía haberse roto. 

Es en ese momento que el heterodoxo entregará -a regañadientes- la obra inconclusa al ortodoxo (en realidad se la tirará por la cabeza) y este último vendrá con la herramienta adecuada; el destornillador de punta en cruz. Sin embargo deberá quitar un tornillo completamente golpeado, con su rosca aún más agarrada porque ha sido cambiada en su geometría y una cabeza golpeada con escasa posibilidad de calzar la herramienta como corresponde para hacer fuerza de giro. 

El ortodoxo logrará sacarlo (no sin penurias ni fatigas para los materiales y para él) pero al culminar escuchará al heterodoxo gritar desde lejos algo que no sonará precisamente como un agradecimiento:
 
"Pero mirá el desastre que hiciste!!!"




viernes, 2 de octubre de 2020

Mi profesor marxista


Estaba en mi último tramo de carrera, la materia era "Crecimiento Económico". El profesor, un marxista de paladar negro. 

Recuerdo que el enfoque que le había dado a la materia me había sorprendido y continué una relación académica más allá de ella (la cual aprobé con muy buen puntaje). Un día lluvioso este profesor me envía un SMS a mi celular (no existía WhatsApp ni nada parecido) solicitándome si no podía ir a buscar a la Universidad dos facturas que tenía atrasadas -por agenda no había podido ir a retirarlas- y llevárselas a su domicilio. Con gusto accedí y supuse que podría aprovechar la ocasión para sacar un par de dudas teóricas respecto de mi proyecto de tesis; teníamos una relación asequible a que tal situación pudiera darse, al menos eso pensé. Al otro día, aun con más lluvia, me levanté temprano y me desplacé desde La Plata hasta Quilmes -recuerdo que fui leyendo con ansias parte de los libros a partir de los cuales tenía mis dudas-, retiré las facturas y nuevamente tomé el tren hasta Buenos Aires para tomar un colectivo hasta Avenida Libertador y Tagle, zona donde vivía este profesor. Cuando llegué a la dirección precisa me sorprendió un tanto la opulencia del edificio (no por la opulencia en sí sino por lo que había interpretado del profesor a partir de lo que éste había mostrado al respecto de tal atributo y su posicionamiento teórico y educativo en términos de tales símbolos). La tormenta arreciaba cuando toqué el portero y me acomodé para ingresar al hall del edificio, sin embargo una voz gruesa (era la voz del profesor) contesta: "Hola Jorge, muchas gracias, podés dejarle las facturas al conserje, te mandé un SMS" (con un tono y un corte que no me permitió siquiera intentar la pregunta sobre mi duda teórica, mi tesis o nada que se le parezca). Abrí la tapa de mi celular y vi el mensaje: "Cuando llegues déjale las facturas al conserje, gracias". 

Tuve un instante -tal vez hayan sido milésimas de segundo- en el que mi garganta se cerró y se secó, aunque esa sensación se quebró cuando vi al conserje acercarse a la puerta y solicitarme las facturas "sos Jorge? Me puedes dar las facturas que yo las entrego". "Sí sí, perdón, aquí están". Y sacándolas entre las gotas que caían del paraguas y mi piloto, logré entregarlas sin mojar el sobre en el que estaban contenidas. La puerta del edificio se cerró, abrí el paraguas nuevamente y comencé a caminar. En esa vereda advertí que de continuar mi relación académica con esa persona mi camino no iba a ser un camino de rosas sino de espinas; sin dudas iba a ser una verdadera relación de explotación (de las que tanto ese sujeto abominaba en sus clases). 

Hasta ese momento de mi vida ya había conocido lo que era trabajar como repositor de supermercado, playero de estación de servicio, instalador de alarmas, cortador de telas en una mueblería y hasta lijador de superficies para preparación de pintura -entre otras cosas-. Pero también, tal vez por mi condición de orfandad temprana, había conocido lo que en la jerga se denomina como "la calle". Y puedo asegurar que de eso tengo de sobra. 

Con la suerte de poseer esos atributos pude sortear indemne esos primeros minutos de indignidad ante la situación generada por esa voz metálica que había salido del parlante de ese portero. Y así continué caminando mientras contaba mentalmente el dinero que quedaba en mi billetera (por aquel entonces no disponía de dinero suficiente como para relajarme en cálculos de gastos y hasta un café en esa zona era un gusto sofisticado para el cual debía calcular si podía acceder). Mis cálculos fueron correctos y entré a un bar para guarecerme unos minutos y tomar un café americano con dos medialunas (pequeño lujo en esa tormentosa mañana que ya se acercaba a mediodía). 

Creo que fue ese bar (no recuerdo el nombre ni la ubicación precisa) el lugar en el que terminé de captar la esencia del marxismo y sus representantes académicos, políticos, teóricos y prácticos. Lo había sospechado siempre, pero era en ese momento preciso que lo estaba viviendo y eso me empujó a caer en cuenta de qué se trataba todo eso de la ideología y la voluntad política de cambiar el mundo mediante ideales superiores en términos de ciencia e historia. 

Todo aquello no era más que un ropaje de engaño mediante el cual las personas más horrendas e inhumanas cubren su inutilidad para vivir cómodamente a expensas de otras. Y eso no me lo olvidaré jamás. Porque, a partir de ese día, día tras día lo comprobé: Jamás conocí un marxista que fuera útil y buena persona a la vez.





domingo, 20 de septiembre de 2020

Perspectiva de género en Argentina; ¿Solo un slogan político o una verdadera revolución en ciernes?


La Revolución rusa se dio durante el primer tercio del siglo XX y significó el intento de cambiar institucionalmente la forma de organización de la producción humana desconociendo lo que creían, eran "los principios burgueses" mediante los cuales se daba el proceso de "explotación capitalista": La Revolución Rusa significó entonces el intento por dar forma definitiva a la toma del poder y control de "las fuerzas productivas de la humanidad en manos del proletariado". Como todos sabemos, eso nunca se dio y fue un experimento que salió mal, muy mal. 

China intentó lo mismo promediando el Siglo XX pero desde otra perspectiva (hasta que advirtieron que esa ficción que miraban los rusos los ralentizaba). Así, cuando dejaron de pensar en aquellas categorías comenzaron a avanzar. Cuba quedó estancada allí, en la década de 1950 del siglo pasado, aunque sobrevive a duras penas succionando recursos de las cadenas hoteleras internacionales a las cuales entregan, en nombre de la revolución y la lucha contra la explotación capitalista, las mejores partes de su geografía para que utilicen como enclaves mineros a cielo abierto en el sector turístico a precios salariales de explotación (vaya paradoja).

También, promediando el siglo XX, Corea se dividió en dos; del Norte -comunista- y del Sur -capitalista-. Ya todos sabemos los resultados de esa experiencia y no hace falta mayor explicación (seguramente gran parte de los lectores lo están haciendo desde un Samsung producido y diseñado en Corea del Sur). Podría mencionar la experiencia de "las dos Alemanias": la capitalista República Federal Alemana (RFA) y la sovietista República Democrática Alemana (RDA), pero sería extender demasiado el posteo por algo que, nuevamente, conocemos cómo terminó; los comunistas construyeron -para delimitar su parte de Berlín- un muro para evitar que su pueblo huya hacia el lado capitalista, transformando a esa parte de la ciudad en la primera y más grande experiencia carcelaria a cielo abierto de Europa. Y también tenemos a Venezuela como triste experiencia durante el tramo final del siglo XX, fenecida como tal a inicios del siglo XXI. 

Pero: ¿Por qué tanto preámbulo para este escrito sobre Argentina?

Porque todo parece indicar que durante el primer tercio del siglo XXI Argentina será vanguardia en un nuevo proceso revolucionario que marcará las pulsaciones del siglo tal vez como la Revolución rusa lo hizo durante el siglo XX. Esta vez no se trata de ese error empujado por el espejismo de creer que hay una explotación de malos burgueses contra buenos proletarios (error que terminó por poner a los rusos a derrochar energías luchando contra molinos de viento y creando categorías infértiles); esta vez se trata de la lucha de género. Y en este sentido me permito preguntar: ¿Es hoy Argentina la Rusia del 17 cuando muestra en su presupuesto que destinará el 3,4 % del Producto Bruto Interno a programas con perspectiva de género y que tal suma cuadruplica el gasto en Defensa y Seguridad y es 10 veces superior al presupuesto del Poder Judicial


El objetivo es altruista (como el que persigue toda revolución política), aunque el camino par alcanzarlo no parece ser el mejor (como sucede en toda revolución política). Y Argentina no es un imperio como lo era la Rusia zarista del 17 sino solo un marginal país que pululó entre el 0,5% y el 1,5% de aporte al PIB mundial durante los últimos 50 años. Y aquí la especulación: ¿Qué cree el lector? ¿Tendremos (en términos de "revolución de genero") una influencia política global como tuvo la Unión Soviética sobre el sistema mundial durante el siglo XX? ¿Terminaremos siendo simbólicamente fuertes pero realmente intrascendentes cubriendo con algunas mujeres los mejores puestos públicos y privados en tanto que el resto de ellas quedarán sometidas en sus domicilios (confirmando una vez más la misma contradicción entre anhelos y alcances reales al cual llegaron todas las revoluciones de izquierda hasta hoy)? ¿O solo permaneceremos latiendo entregados al pulso de la caridad internacional y la explotación emulando el triste ejemplo que nos da Cuba desde hace 50 años?

sábado, 19 de septiembre de 2020

Horacio González como expresión patética de una intención política.

Se acerca la "Feria del Libro" y, dado el gobierno actual, ya la están promocionando con Horacio González como una de sus caras principales. González ahora rasca la filosofía humanista para mantenernos a raya y mantener viva la llama de su revolución juvenil. Ya no nos tira con Carl Schmitt como lo hizo la década pasada (sabe que no le conviene); ahora lo intenta con un "humanismo a la Sartre"


Horacio González quedó fosilizado en un set de intenciones a la carta de la década del 60 del siglo pasado. Tiró más o menos bien hasta entrados los dos mil acomodándose en algunos resquicios públicos; lugares en donde, como un microbio, esperó latente su nueva oportunidad. Y esa oportunidad llegó a partir de la crisis de 2001 que lo vio, una vez más, chupando las medias correctas para lograr ser señalado para estar al frente de un puesto; esta vez fue la Biblioteca Nacional. Y el microbio se manifestó. Con Casullo, Forster y otro grupo de añejos militantes redivivos armaron "Carta Abierta" para hacer de pulgas del primer gobierno de Cristina Kirchner (pulgas en el sentido del personaje en "La Fuerza de los Fuertes", esa bella narración de Jack London). ¡Era la primera gesta épica en 30 años! Y así, como un ejército cocooniano -pero sin dignidad- desenfundaron todo el patetismo humano juntándose semanalmente en la Biblioteca Nacional para alimentar sus egos con una ficción de importancia y, de paso, ocupar el vacío de un sábado a la tarde de los últimos días. Pero como buenos intelectuales enmohecidos (y como buenos para nada) ni advertían que el mundo volaba ya por las autopistas digitales mientras ellos, a lo sumo y con algo de suerte, lograban emanar ese característico olor a papel apolillado en cada renglón que expelían como corolario de sus encuentros.
 
Da cierta ternura ver a sus seguidores creerse sofisticados por haberlos leído, aunque también irrita verlos ironizar sobre el pensamiento de los otros convencidos de portar un don especial por adorar a esa patética tribu.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Traducción y desplazamiento, la eterna infertilidad del intelecto argentino.


Podemos pensar en algunas traducciones conceptuales que generan desplazamientos interpretativos que hacen daño a la hora de tomar decisiones a partir de ellas. Y podemos pensar que el daño se manifiesta en la profundización de los problemas que a partir de esas traducciones se pretenden solucionar: 

1- "No es solo por encerrar más gente que bajaron los homicidios".

2- "No es solo por emitir más que ha aumentado la inflación".

3- "No es solo por la falta de mercado que ha aumentado la pobreza".

4- "No es solo por el control de precios que aumenta la escasez".

5- "No es solo por altos impuestos que no tenemos inversión".

6- "No es solo por exceso de gasto público que se incrementa la deuda".

Construya el lector su traducción preferida (en Argentina abundan).

El parámetro promedio del universo intelectual argentino se patenta de biempensante a partir de ese artilugio "no es solo por". Un ad hoc desde el cual se activa un regodeo que versa sobre la multicausalidad de los procesos de acción humana; una obviedad que, a partir de ese pequeño artilugio, luego se vende como una ensayística sofisticada (desde la cual nunca se llega a nada sino a mayor profundización de la anomalía que se pretende corregir desde el "no es solo por"). Y así terminamos teniendo más homicidios, más inflación, más pobreza, más escasez, más falta de inversión y más deuda. Entre otras cosas que el lector podrá agregar a gusto.

A vuelo de pájaro se me antoja pensar en Alejandro Katz como un fiel representante del "no es solo por", pero hay miles. Proponga el lector los restantes... 



lunes, 24 de agosto de 2020

La Argentina devaluada


El peso es el medio con el cual se financia el sector público.

El dólar es el medio con el cual se financia el sector privado.

El "cepo al dolar" es la manifestación de la capacidad de extorsión legal que tiene la administración publica por sobre la administración privada. Y esto es posible, entre otros, por dos factores principales.

- Por mansedumbre ante los dictámenes de la burocracia pública.

- Por no tener clara la diferencia entre "Estado" y "administración pública".

Respecto del primer punto podemos decir que la mansedumbre se da por acostumbramiento.

Respecto del segundo, hay que puntualizar: El Estado engloba al sector público y al sector privado; la administración pública es el núcleo operativo del Estado y, en tanto tal, está al servicio de ambos sectores -público y privado-. Olvidar esa categoría puso al ethos de la administración pública a funcionar como administración de Estado contra el sector privado, y en el universo de relaciones burocráticas el olvido hizo que la administración pública funcione solo como brazo político de grupo circunstancial. Así las cosas, las elecciones dictaminan el sentido de los intereses de la administración pública y éstos, a su vez, los del grupo político triunfante; desapareció la administración pública profesional y con ella va desapareciendo el sector privado.

El precio del dolar y su escasez refleja aquellos puntos.

domingo, 16 de agosto de 2020

Una bella pandemia argentina

Durante la última conferencia de prensa que el Ministerio de Salud de la República Argentina ha realizado para comunicar el estado de avance de gestión ante la pandemia Covid-19, hubo un hecho llamativo que sorprendió a propios y extraños: Los funcionarios, luego de dar el parte informativo, realizaron una coreografía con una artista infantil digna de los instantes posteriores al final de una película de Bollywood. Resulta ser que la payasa que apareció en la conferencia de prensa era “La payasa Filomena”, una integrante del grupo infantil “Vuelta Canela”, y parece ser que el fuerte de este grupo es “ser respetuosos de las infancias” y no tratar a niños y niñas como “productos consumibles”. En un intercambio se me ha sugerido -de manera indirecta- "ponerme a pensar" porque, me dicen, se trata de “muy buenos artistas que no tratan a los niños y niñas como tontitos”. También se me informa que en esa línea hay excelentes “productos musicales” que rescatan “la línea pedagógica iniciada por María Elena Walsh y que con el tiempo se fue abandonando por productos musicales mercantilistas enlatados”. 

Es una pena; que tan buenos atributos e intenciones no hayan sido acompañados por estos artistas con la suficiente sensibilidad cognitiva como para advertir que los estaban rifando al transformarlos en una patética pantomima por exponerlos en el lugar equivocado, es realmente una pena. 

Se trataba de una conferencia de prensa cuyo objetivo era brindar información sobre el número de víctimas fatales, infectados, recuperados y estado de situación de avance de una pandemia por la cual se ha encerrado a la población -al menos bajo pena legal por incumplimiento- por más de 150 días.
Me llama la atención la incapacidad que existe en nuestro medio para separar ficción de realidad y anhelo de pensamiento, lo que empuja a captar las circunstancias de una manera tan equivocada que se interpretan los contextos casi de manera inversa a lo que ellos manifiestan. 


Aún no tengo claro si esto se da espontáneamente o hay todo un sistema de educación para tal anómalo sentido de orientación. Hoy no es poca la gente que cree, realmente convencida, que sería deseable tratar a la ciudadanía como Guido Orefice trató a Giosuè en "La Vida es Bella". Es increíble (quiero pensar que lo sugieren por un exceso de bondad y no como arma comunicacional de distracción conscientemente premeditada). El actual momento no pide el desarrollo de patéticas pantomimas desde un púlpito público, nos exige mayor responsabilidad, rigor y simetría ante las circunstancias: eso es lo mejor que podemos hoy hacer por la vida.

martes, 4 de agosto de 2020

Argentina, ciudadanía y autoridad.

Siempre pienso que eso que llaman "argentinidad" tiene mucho de alcahuetería y sumisión ante la autoridad (características que en nuestro país se dejan ver en forma de una rebeldía siempre inconclusa).

En el pasado siglo el estereotipo argentino de "buen ciudadano" tenía características bien distintivas; generalmente se trataba del don nadie del pueblo, era la chusma que sabía vida y obra de todo el poblado y, siendo un bueno para nada, de buenas a primeras sorprendía apareciendo un domingo a la tarde dando charlas de moral y buenas costumbres hablando de "Dios, patria y familia" desde el púlpito de la sociedad de fomento (que presidía por ser amigo del comisario, el cura y el juez). 

Desde la aparición de la pandemia, en argentina volvieron a ponerse de manifiesto aquellas característica de tal particular ciudadano modelo del siglo pasado (aunque hoy muestran cierta metamorfosis dado que están encarnadas en los nuevos formatos generacionales); la vileza de conducta para con el resto acompañada de esa sumisión rastrera ante el poder circunstancial que mostraba aquel servil bueno para nada, hoy en cuarentena vuelve a circundar argentina de una manera tremebunda:
A aquel despreciable sujeto, en el actual contexto, no solo lo están encarnando los actuales -y siempre imbéciles- militantes de ocasión que ponen los dedos en V y salen a señalar personas solo porque las ven caminando por la calle o por verlas sentadas en su propio bar tomando un café en solitario (bar que debieron abrir para mantener, al menos, sin humedad ante el vacío de clientela); hoy hasta tu primo y tu vecino te señalarán para que vayas preso por comer un asado con amigos. 

Argentina, un país con "buena gente".



viernes, 17 de julio de 2020

Las tapas de Página12


Las tapas de Página12 son intentos de performances ideológicas que quedan a medio camino entre una información y un menoscabo, y entre un atisbo de arte y una chapucería. Expresan el anhelo de editores viejos suspirando por Berlín oriental junto a la cándida ternura de sus jóvenes discípulos pululando el limbo de la limitación de ideas (adquirida por transferencia) y el desconcierto ante un desconocimiento que manifiesta resistencias.


Podríamos definir como "performance" a esas expresiones de la dramaturgia que no discurren como una interpretación guionada sino como -no siempre- una estática puesta en escena que busca un golpe de efecto. Las hay callejeras y las hay de salón y, si bien hay grandes performers, podríamos también decir que es una forma de arte que también expresa la falta de ideas en términos de profundidad crítica y, por qué no, una "performance" es el atajo que toman quienes poco vuelo artístico poseen. Intentan golpes antisistema pero, de manera paradójica, se desarrollan gracias a la increíble productividad de artefactos que el sistema produjo para provecho de los más débiles en términos de creatividad, los cuales pueden ficcionar cierta grandeza tras un biombo de cacharros.

Bien, Página12, en su última tapa, intentó una ironía que no llega, si quiera, a ser un dibujo de café; en su performance "antirunner" explicita su chabacanería simbólica y busca una sutileza antiliberal pero es pueril con el implícito vómito de alegría mediante el cual ensalzan la persecución pública y el acatamiento del orden.

Alguien debería comunicar a sus editores que vuelvan a las tapas de la operación Maldonado, eran superiores...


lunes, 25 de mayo de 2020

El reposo de la economía Argentina.


¿Vieron cuando una computadora vieja tarda mucho tiempo en apagarse y luego tarda un tiempo aún mayor para encender?

Bueno, podríamos pensar en eso cuando pensamos la cuarentena y sus efectos económicos para Argentina.

Con todo lo que se puede decir de la devastación económica que hoy tenemos, ciertamente no se dio lo que muchos pronosticaron comparando nuestra economía con, digamos, la de EEUU cuando trazaron hipótesis sobre los efectos del paro provocado por la cuarentena (que las Pyme quebrarían allí en 25 días y que entonces aquí en 15 serían polvo ¿lo recuerdan?). Aquí he sostenido que, en términos económicos, las diferencias de velocidades hacen de estos procesos comparados algo completamente inverso a nivel, también, de efectos comparados. El golpe económico en EEUU aún con una cuarentena mucho más laxa que la nuestra parece ser del mismo nivel que el golpe sanitario: 100 mil muertes y 30 millones de desocupados. EUA es una computadora nueva apagándose velozmente pero encenderá con una velocidad aún superior (y podemos estar seguros que encenderá).

La computadora vieja tarda en apagarse, pero tarda aún más en encender. 

En Argentina los efectos económicos de la cuarentena no se están evidenciando con toda la fuerza e intensidad que en las economías avanzadas, pero ya van a ver lo que va a ser cuando pretendamos encenderla nuevamente (si es que logra hacerlo, recuerdo que tuve una computadora vieja a la cual no quería apagar por miedo a que no encendiera nunca más)

Tomen la parábola como quieran.


sábado, 16 de mayo de 2020

El mérito; un maduro silencio como antídoto a la inconducente puerilidad militante.

JoAnn Hardin comenzó sus contactos imaginarios con los cohetes ya desde pequeña a partir del trabajo en Cabo Cañaveral de su padre, Don Hardin, quien noche tras noche se veía inundado de preguntas sobre esos artefactos. Preguntas sobre las cuales no tenía elementos para responder -él era un piloto de la armada estadounidense que administraba el programa de cohetes del ejército pero no era ingeniero, un conocimiento que percibía necesario para saciar las inquietudes de su hija-.


Luego de graduarse, JoAnn salió a la búsqueda de más y más respuestas sobre esos maravillosos artefactos que la sorprendían y se propuso ingresar a la escuela de misiles balísticos de la Armada, también en Cabo Cañaveral. Inició su carrera como asistente de ingeniería. Sus preguntas crecían en cantidad y calidad a medida que comenzaba a aprender más cosas, su fascinación se fue transformando en sana obsesión y adquirió sentido y firmeza cuando ingresó en la Universidad de Florida a profundizar sus conocimientos en matemática (sospechaba que las respuestas que buscaba vendrían transitando ese camino). Pero cada verano retornaba a Cabo Cañaveral; no podía estar lejos de esas gigantescas estructuras. La pasión y la razón que contenía el sentido de sus preguntas y el ahínco con que desarrollaba el camino hacia la búsqueda de respuestas hizo que sea el propio Director del Proyecto Apolo, Wernher von Braun, quien la llamara a trabajar a su lado. Ya desde la asistencia de ingeniería se destacó por el nivel de soluciones que aportaba para el diseño de lanzamiento de cohetes para los programas de vuelo iniciales de la NASA, hasta llegar en 1963 al máximo centro de desarrollo de vuelos espaciales de aquel momento; el Kennedy Space Center.

Y ahí la vemos en la imagen. La única mujer entre decenas de hombres atentos al despegue del Apolo XI que estaba llevando a Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a la luna. Un momento clave que la ve mostrando serenidad y prestancia ante tanto nervio que se deja ver en las posturas de los hombres parados a su alrededor y alejados de sus puestos correspondientes. Sin embargo JoAnn está tranquila, aún a sabiendas que al ser la ingeniera senior en control de instrumentación es responsable del monitoreo de los sensores del Apolo 11.

JoAnn tuvo que soportar muchas cosas por aquel entonces, por muchos años tuvo que ser acompañada por un oficial que limpiaba previamente el baño de hombres para que ella pudiera utilizarlo dado que no había un baño para ella. Y todo en medio de constantes chanzas sexistas. Finalmente llegó el día en que hubo un baño para mujeres y ella, muy serena y esbozando una sonrisa declaró alguna vez; "aquel fue un gran día".

¿Imaginan a JoAnn con un pañuelo verde atado a la cartera, revoleando sus tetas en la calle y defecando en la puerta de una Catedral?