domingo, 25 de agosto de 2019

Las marchas como expresión política de un jardín de adultos.


Políticamente, Argentina es el jardín de infantes en donde se aglutina la inconsciente crueldad de una niñez idiota y el infantilismo de una madurez trunca.

Observando las imágenes de la marcha de ayer y leyendo algunos comentarios en las redes, me vino el recuerdo de lo vivido en una cancha de fútbol en la ciudad de La Plata, donde una hinchada cantaba a la otra "la vida los cagó, la vida los cagó...". También leí en intercambios la harto repetida palabra "fracasado y fracasada" como forma de descalificar a otra persona en una discusión.

En Argentina apalear a esa condición suele ser utilizado por no pocas personas cuando pretenden descalificar a otras. Generalmente quienes más acusan de fracaso a otras personas son quienes se muestran con la incomodidad característica de quien sufre por saber inconclusos sus anhelos y objetivos respecto de la efectiva consecución de los mismos. O sea, la persona que siente que realmente ha fracasado y transfiere en los demás su propio desasosiego.

Una de las principales características de las expresiones políticas argentinas -o tal vez la principal- pasa por señalar al rival con cualquier tipo de apelativo descalificativo y no por las características de sus ideas: De un lado señalan al otro con el desprecio por su condición económica, estética y cultural al grito de "negros de mierda y descerebrados choriplaneros" y del otro responden al señalamiento apelando a una supuesta condición negativa por llegar a una adultez tardía acomodada; "viejos chetos y garcas de clase alta con pañales comprados en Recoleta".

Argentina nació partida. Nuestra Nación nunca definió sus tensiones para delimitar finalmente su rumbo: Y así, la interpretación que de la marcha de ayer trazaron sus rivales evidencia las cualidades de los bandos políticos; como si se tratase de dos personas que se amenazan e invitan a pelear en una esquina (luego de un intercambio incómodo de miradas), elevándose la voz y el tono de las amenazas. Pero destinadas por su propia futilidad a quedar congeladas en potencia y cada vez más lejos del acto. Argentina y sus bandos políticos en pugna es la expresión de lo cobarde intentando eternamente esa gesta épica que nunca llega:

Argentina es, esencialmente, la expresión del fracaso y la impotencia en el más puro y claro sentido de existencia.

sábado, 3 de agosto de 2019

El voto militante y el voto racional.


Santiago Maldonado se ahogó cuando huía de un corte de una Ruta Nacional e intentó cruzar un río sin saber nadar.

- Pero la militancia te dice que fue un desaparecido forzado.

Hubo 6248 desaparecidos entre 1974 y 1982 y se dieron en alternancia entre un gobierno peronista y una dictadura militar.

- Pero la militancia te dice que fueron 30 mil y que solo fueron bajo dictadura militar.

Absolutamente todas las políticas implementadas en la República Argentina desde el primer tercio del siglo XX hasta hoy han sido esencialmente contrarias a los principios básicos del liberalismo.

- Pero la militancia te explica todas las injusticias y el sufrimiento argentino como consecuencia de la participación del liberalismo -en todas su formas- en la vida política de la República Argentina.

Un proceso inflacionario es un fenómeno monetario que se desata a partir de un desacople inducido de manera exógena respecto de la conjunción entre los parámetros de tiempo, productividad y masa monetaria en relación con la oferta y la demanda de bienes y servicios y parámetros de intercambio.

- Pero la militancia te explica que la inflación es un fenómeno multicausal generado por grupos concentrados que manejan los precios y la excesiva ambición de quienes quieren ganar más a costa de los que menos pueden y tienen.

Todo, absolutamente todo lo que tenga que ver con algo que pueda portar un sufrimiento, la militancia te lo va a transmitir con el guión adecuado para ella poder transformarse en la vía de solución a tal sufrimiento, desplazando el conocimiento puro sobre cada tema que pueda poner justeza sobre el mismo. Saben -y así fueron educados para la militancia- que en tal universo justo el sentido de sus gestas ya no tendría sentido. Y se quedarían sin nada.

Si exponés el número de desaparecidos o la condición de Santiagao Maldonado y no encuentran manera de rebatir los datos objetivos, dirán que eso es un "simbolismo" que no comprendemos y mediante el cual podemos "mejorar la memoria" y ser un poco más "sensibles" para hacer de nuestra sociedad algo "más justo" (y repetirán, precisamente, que será en honor a los muertos y los desaparecidos). Ya desde ahí te acusarán de todo tipo de cosas, hasta exponerte como un demonio al servicio de lo más crudo de la insensibilidad humana.

Si exponés a la ausencia de liberalismo político y al desacople monetario económico como los rieles principales que nos condujeron a la desgracia argentina, te dirán -con cierta sorna petulante- que tu nivel de conocimiento es escaso y que está demostrado que "todo fue así" (como sostiene la militancia). Pero no expondrán ningún argumento consistente que lo compruebe, solo apelarán a demostraciones parciales e inconclusas; verdades a medias montadas en falacias argumentativas.

El problema de argentina no pasó nunca por la falta de militancia política sino por su abundancia. Hemos entregado un excesivo prestigio a ésta como elemento desde el cual se toman las decisiones trascendentales de nuestra vida institucional, y hasta aquí nos trajo tal conducta...

Entonces, en estas próximas elecciones: ¿No habrá llegado la hora de advertir más claramente esta mentira y comenzar a pensar nuestro voto desde ese lugar?