sábado, 28 de noviembre de 2020

Pescando en la historia con la caña del presente.


Hay gente que tiene la costumbre de mirar el pasado con las categorías del presente; por ejemplo Felipe Pigna. Este historiador sostiene que Mariano Moreno fue "el primer desaparecido de la historia argentina". Y lo dice así: 

"El cuerpo de Moreno fue arrojado al mar como ocurriría mucho tiempo después con otra gente que resultaba incómoda a los que anteponen la razón de Estado a cualquier otra cosa. Para algunos una bala en la nuca y una tumba sin nombre, para otros veneno y el mar como tumba. Como decía Sócrates, para algunos estados los pensadores valen muy poco". F, Pigna: https://www.youtube.com/watch?v=F25pKWvE5Lw

Este sujeto al hacer esto no solo inyecta una anomalía conceptual en el análisis histórico, también traslada esa anomalía hacia quienes se introducen en la historia desde los planes de estudio pergeñados en base a tal yerro de traducción. Y ambos errores (devenidos a su vez por el desplazamiento del pensamiento -basado en la razón-, a manos del deseo -basado en la voluntad militante-) inoculan un resentimiento que será imposible de revertir sobre la base de conceptos desarrollados con un espíritu racional. Esa categoría muere en el estudiante puesto que, al ingresar por tal camino, es vacunado contra el espíritu positivo y el pensamiento lógico -único camino fértil para asegurar el desarrollo de un análisis crítico-, para ser adormecido con el apresuramiento del deseo y la voluntad. La sed de investigar para conocer queda saciada con un trago amargo que busca un reequilibrio justiciero: Muere el espíritu científico y nace el adormecimiento militante.

En la mitología griega aparece una carrera de carros que se disputó hacia el año 1200 a. C. La carrera fue parte de los juegos fúnebres en honor a Patroclo (que había muerto a manos del Príncipe Héctor en la Guerra de Troya). De esa carrera de carros participaron Diomedes, Eumelo, Menelao, Antíloco y Meríones, resultando Diomedes vencedor luego de una caída de Eumelio.

¿Qué hace Pigna cuando lleva al pasado símbolos del presente al definir a Mariano Moreno como "el primer desaparecido"? Lo mismo que yo haría si sostengo que Diomedes fue el primer ganador de un Gran Premio de Fórmula 1 aprovechando el fuera de pista de Eumelio. 

Una estupidez.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Potestad, dominación y dolor político como slogan autoritario; el fin de un ciclo.


Por años la militancia kirchnerista, de izquierdas y nacionalpopulista se refirió a quienes no pensaban como ellos con innumerables apelativos descalificativos. Por años, quienes no pensaban como ellos, hicieron silencio; un poco temerosos, un poco respetuosos y otro tanto por creer, efectivamente, que esos apelativos descalificativos podían llegar a tener algún contenido de verdad. Por años empujaron a la gente que no pensaba como ellos a una especie de ostracismo institucionalizado. En cumpleaños, instituciones públicas y educativas, encuentros de ocasión, eventos más o menos sofisticados, peñas y hasta en la cola de la verdulería había cosas que no se podía mencionar: ¿Cómo osar plantear que una juventud maravillosa tal vez no había tenido tal fantasioso atributo? ¿Cómo atreverse a la irreverencia de pensar que tal vez treinta mil no era un dato cierto sino un artilugio para cobrar un subsidio internacional? ¿Cómo sugerir que una parte de quienes se fueron al exilio lo hicieron por haber entregado compañeros y compañeras de militancia? ¿Cómo sugerir que las causas de todas las injusticias y la falta de memoria y verdad podrían haber sido motivadas por las acciones de quienes ostentaban el monopolio del dolor, de los derechos humanos y de la "memoria, la verdad y la justicia"? ¿De qué manera se podía decir que la política de escraches públicos de agrupaciones como H.I.J.O.S era un claro comportamiento fascista?

Toda vez que se intentaba, si quiera, comenzar una pregunta por el estilo, una andanada de dedos señaladores apuntaban contra la persona que pretendía abrir tales posibilidades de pensamiento.

Pero todo comenzó a cambiar hace aproximadamente una década, cuando el auge de las comunicaciones hizo que las voces otrora silenciadas comenzaran a tener su espacio. Y es en ese momento que comenzó a tambalear el statu quo de ese universo de señaladores seriales que tenían la potestad monopólica de construir la agenda de lo políticamente correcto. Hoy aquellas preguntas ya no solo tienen una categoría de hipótesis para sugerir una posibilidad como elemento para abrirse al pensamiento, sino contienen una categoría de verdad irrefutable. No hubo juventud maravillosa, tampoco fueron treinta mil. Y sí, una parte de quienes se fueron al exilio fueron entregadores de compañeros y compañeras, los "derechos humanos" en Argentina son poco menos que una letrina y vivimos día a día violando todo tipo de derechos; no tenemos memoria y menos aún justicia. La agrupación H.I.J.O.S actuó -y actúa- con un comportamiento fascista y ya podemos indicar, sin temor a equivocarnos, que esa gente que osó señalar por décadas a la ciudadanía que no pensaba como ellos es la causa originaria de nuestra pobreza estructural, declive económico, vacío educativo y miseria generalizada.

El statu quo se quebró y emergió con fuerza el contrapeso que puso en perspectiva el camino a la verdad.

¿Y qué hace hoy esta gente que por décadas tanto señaló al resto?

Hoy vuelve a intentar lo mismo; señalarnos como "sembradores de odio". Pero hay una última verdad que deberá quedar sellada para dar el golpe de gracia a ese statu quo de papel. El odio siempre fue parte de esta gente, lo que se está manifestando en su contra no es odio, es el amor verdadero que por mucho tiempo tuvieron maniatado en un rincón institucional de nuestra Nación.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Isidoro Argentino, la historia de un país.


Isidoro Argentino tiene un ingreso de 25 mil pesos por mes y decide un gasto de 96 mil pesos con tarjeta, el cual afrontará en 12 cuotas de 8 mil pesos por mes cada una. Isidoro Argentino no ha sido educado en lo más básico de las artes de administración y por lo tanto no advierte claramente que deberá vivir -durante esos 12 meses-, con 17 mil pesos (25 mil pesos menos 8 mil pesos de cada cuota mensual). No obstante ello, tampoco tiene muy claro que no debería consumir más con su tarjeta y deberá adecuar sus gastos a ese nuevo número de 17 mil pesos para disfrutar sin sobresaltos su compra de 96 mil.

Promediando el mes siguiente llega el primer resumen de su tarjeta, pero Isidoro Argentino ya ha gastado 15 mil pesos de los 25 mil pesos de su ingreso. Advierte que debe afrontar la semana y media que aún resta del mes hasta el próximo cobro, con 10 mil pesos. Sin embargo advierte que debe utilizar 8 mil de esos 10 mil para pagar su tarjeta. Hace cuentas y concluye que dos mil pesos no alcanzan a cubrir lo mínimo para vivir los próximos 10 días hasta el pago de su salario. Entonces decide pagar el mínimo de mil pesos para poder vivir el resto del mes sin ajustarse demasiado. Como no advierte el peligro de esa conducta (puesto que no está educado en administración), entiende que el mes siguiente de alguna manera se acomodará "gastando un poco menos".

Al mes siguiente Isidoro Argentino cumple con su conducta y logra vivir los primeros 20 días con 10 mil pesos, guardando 15 mil para destinar 8 mil a su tarjeta y, de continuar su ajuste, vivir los 10 días restantes con 7 mil pesos. Pero deviene nuevamente la sorpresa; el resumen de su tarjeta indica que deberá pagar 19 mil pesos (8 mil de la cuota, más 7 mil que quedaron del pago mínimo anterior más 4 mil de intereses por esos 7 mil que habían quedado). Angustiado, Isidoro Argentino decide volver a pagar el mínimo, que ahora es de esos 8 mil pesos que tenía destinado, pero en 19 mil de resumen. En el segundo mes, entonces, Isidoro Argentino deberá vivir con 7 mil pesos los últimos diez días y dejará 11 mil pesos de deuda flotante que acumulará intereses hasta el próximo resumen del tercer mes. Ha comenzado un sufrimiento que Isidoro Argentino siente e intuye, será creciente, sin embargo no alcanza a captar su dinámica operativa con el criterio racional suficiente como para poder poner fin a esa tensión y diagramar una solución lo menos dolorosa posible para sus finanzas personales.

Se aproxima el resumen de su tarjeta al tercer mes e Isidoro Argentino está preparado: solo vivió los primeros 20 días del mes con 8 mil pesos, por lo cual está confiado en comenzar a corregir su problema. Pero la ley del garrote y la zanahoria es difícil de soslayar -lamentablemente Isidoro Argentino eligió el garrote en el primer mes-; al llegar el resumen del tercer mes éste muestra la friolera de 25 mil pesos (11 mil de deuda flotante más intereses más 8 mil de cuota). Isidoro Argentino se desespera y decide cortar por lo sano con eso que, advierte, ya no podrá frenar (ahora tiene 17 mil pesos y sabe que, aunque decida vivir con dos mil pesos los diez días restantes del mes y dejar 15 mil pesos para pagar el resumen, ya no podrá frenar el monto exorbitante de deuda flotante y pago de intereses). De esta manera va a una financiera de barrio a pedir 20 mil pesos a sola firma para saldar el monto total de deuda de su tarjeta. Los obtiene y se retira tranquilo, va silbando a pagar su tarjeta. Siente que ahora le sobran recursos y lo peor ya pasó; 20 mil en el bolsillo, más 5 mil (de los 17 mil ahorrados) con lo cual pagará total el monto de tarjeta y tendrá 12 mil para vivir holgado los diez días restantes del mes. Y así lo hace.

Al cuarto mes gasta 10 mil en los primeros 20 días, para no tener sorpresas desagradables. Viene la tarjeta y efectivamente, puede pagar 8 mil pesos con 15 mil que aún dispone. Tranquilo llega a su domicilio pensando que tiene 7 mil pesos para vivir los 10 días que restan del mes. Pero suena el teléfono. Lo llaman de la financiera de barrio diciendo que tiene 24 horas para pagar la primera de doce cuotas de 7 mil pesos con las cuales el mes anterior obtuvo 20 mil pesos a sola firma, so pena de duras represalias. De esta manera, Isidoro Argentino -un analfabeto financiero-, se queda sin dinero faltando 10 días para cerrar el mes y comenzará a gastar a cuenta con su tarjeta de crédito. Olvidando que al mes siguiente deberá pagar 8 mil por la quinta cuota, más 7 mil de gastos por vivir los diez últimos días del cuarto mes, más 7 mil de segunda cuota de la financiera de barrio.

El quinto mes Isidoro Argentino cobra 25 mil pesos y deberá destinar, solo por pago de deuda, 22 mil pesos (prácticamente el 90% de sus ingresos destinados a pagar deuda). De esta manera Isidoro Argentino deberá vivir el quinto mes con 3 mil pesos -siempre que pretenda vivir, a partir del séptimo mes, con 10 mil pesos libres luego de cubrir la deuda adquirida de 15 mil pesos fijos por mes y luego de cubrir los 7 mil adicionales del gasto de tarjeta por los últimos 10 días del quinto mes. Pero para ello Isidoro deberá hacer un ajuste brutal en sus gastos.

44 millones de Isidoros Argentinos pueden formar un país y, comportándose de esa manera, nos pueden mostrar lo necesario para comenzar a comprender nuestras marchas y protestas de cada día. Esas del tipo; "Fuera el FMI" "luchemos contra el neoliberalismo" y "el imperio nos quiere dominados y endeudados".

Así somos, así estamos, así nos educamos.