miércoles, 27 de noviembre de 2013

PAPA FRANCISCO; El mercado y la mansedumbre

Hace unas horas ha circulado por diferentes medios un compendio de conceptos vertidos por el Papa Francisco, entre los que se encuentran importantes definiciones sobre su mirada de la economía y la actualidad. Dejo a continuación sus principales conceptos, para luego comentarlos punto por punto.

-El sistema económico es injusto en su raíz.

-Predomina la ley del más fuerte.

-Hay una nueva tiranía invisible a veces virtual.

-Impera la especulación financiera gracias al dominio de un mercado divinizado.

-Hay corrupción ramificada y evasión fiscal.

-Quienes defienden las teorías del derrame están burdamente confiados en algo que jamás ha sido confirmado por los hechos. También están burda e ingenuamente confiados de la bondad de quienes detentan el poder económico gracias a la sacralización de los mecanismos del sistema económico imperante.

-A consecuencia de todo lo anterior, en tanto se profundiza esa interpretación de la vida y el sistema, los excluidos siguen esperando.

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Un par de comentarios, con todo respeto y punto por punto.

-El sistema económico es injusto en su raíz, habría que comenzar a purificarlo separando a la iglesia del poder de los estados para que ésta pueda desenvolverse acorde a su propia economía, entregando su servicio a la humanidad y recibiendo la retribución que ésta considera correcta por tal aporte, en libertad y sin coacción administrativa alguna. Comenzará así, esta gran institución, marcando el rumbo correcto con la fuerza de los ejemplos, como lo hizo en su momento ese gran pastor despojado de todo bien material, al cual indujeron a una cruz como escarmiento, y a adorarlo luego para saciar remordimientos.

-En efecto, predomina la ley del más fuerte, en este preciso instantes hay millones de personas preocupadas por sus futuros emprendimientos, intentando descifrar como repercutirá esta aseveración de su santidad, en las próximas reglamentaciones que podrá propender a establecer con el poder político que escucha sus sugerencias.

-Sí, hay una tiranía invisible hace miles de años, y desde hace aproximadamente mil setecientos, la invisibilidad se ha hecho carne con un organismo administrativo que utiliza protocolos elucubrados en visiones metafísicas, mediante las cuales la invisibilidad del todopoderoso, se ha hecho rigor material con premios, castigos y persecuciones. Usted, su santidad, hoy representa el máximo cargo en tanto y en cuanto la administración social de las almas que aún se sumen a sus protocolares pasajes hacia el más allá.

-La especulación financiera campea conforme los especuladores pueden protegerse de la manera que pueden de los futuros alternativos siempre cambiantes. Es difícil comprender esto por parte de una institución que no ha tenido, en rigor histórico, las más mínima necesidad de pensar su futuro con el costo de oportunidad que mide en su decisión, la diferencia entre permanecer o escindirse. La permanencia es lo invariable de una institución que de tanto peso, ya parece transformarse en un lastre muy pesado: ¿Como comprender si quiera lo más mínimo de un funcionamiento financiero si el concepto de riesgo es inexistente para tal movimiento?

-Sí, hay corrupción ramificada y "evasión fiscal". Pero hay que aclarar que la evasión fiscal puede ser considerada altruista de solo pensar que con esos recursos, que se le extirpan a los generadores del alimento del fisco, se abultan las arcas que alimentarán el ejército de sotanas que nos pondrán sujetos a escarnio o a misericordia: ¿Encima de la coacción impositiva también deberemos acercarnos a una nueva hoguera de quema de vanidades?

-La confianza burda en algo que nunca ha sido probado, no campea en las mentes de quienes adhieren a la teoría del derrame, sino en las de quienes repiten como loros "por mi culpa" "por mi culpa" "por mi gran culpa", creyendo que con ese repetir ganarán un lugar en primera fila para ingresar raudos en un más allá idílico y celestial, pero que a ciencia cierta y bien probado, es solo garantía de mansedumbre aquí en la tierra y no en el cielo.

-Y sí, finalmente una gran coincidencia; los excluidos siguen esperando. Sin embargo es digno indicar y remarcar firmes convencimientos. Hay alternativas para los excluidos mucho mejores, de más valía, dignidad y efectividad que la que deja ver su propuesta. Para los excluidos no es una herramienta fértil la promesa eterna de una vida digna en un lado invisible que solo se degusta mediante una especie de histérica entelequia intelectual, y que se nutre con tiempo de sobra para pensar sin pagar el costo de tal cruel inmovilismo. Para los excluidos probablemente comience a ser un dato fértil sugerirles que es hora de olvidar ya los cuentos infantiles, poniendo adelante de sus seres la verdad; que solo esta vida es la única y posible de ser vivida en dignidad y plenitud.

De seguro que luego de esa fértil proposición, no quedará otro camino que el de desprenderse de los administradores de la invisibilidad. Esos que han vivido miles de años acercando las sotanas a sus pobrezas, disfrazando de altruismo bienaventurado, un compendio de histerias grupales construidas en cubículos de oscuridad delimitados por lúgubres y enmohecidos muros, y potenciadas en proporción directa a la distancia que los separa de la vida. La luz de la inclusión solo puede venir derribando ensoñaciones, mostrando la dignidad de la existencia por la vía del desprendimiento de atávicas cadenas de misericordia, tal es el camino posible para lograr la tan ansiada justicia. Seres humanos viviendo de sus quehaceres en independencia y libres, a la vez que aquellos que han vivido de las miserias y penurias ajenas, y quedando real y verdaderamente libres, podrán mostrar la valía de la madera de la que están hechos. ¿Se atreverá su santidad a tamaño desafío?

Si así fuere, habremos dado el primer paso en el camino correcto de la inclusión al excluido, aunque probablemente habrá que incrementar subsidios para sotanas desocupadas.



domingo, 10 de noviembre de 2013

ARTISTAS MILITANTES Y COMPROMETIDOS


Desde mi adolescencia y hasta hace algunos años, siempre me llamó la atención la anuencia y el silencio -para mí incomprensible-, que se evidenciaban en las escasas o nulas contestaciones al respecto de determinadas posturas políticas de un grupo de artistas que hoy campean las huestes del oficialismo: Gieco, Heredia, Páez, Sosa, Alterio, Sabaraglia, Romano, Grandinetti, entre muchos otros.

Hoy he captado en toda su dimensión algo que ha sucedido ya, y es inevitable. Es difícil determinar qué tipo de fenómeno lo ha empujado (podrían ser las nuevas tecnologías de la comunicación y las redes, aunque también el hartazgo de décadas que espontáneamente se abrió paso luego del primer grito de indignación), cuando veo las respuestas a Heredia y Gieco, no puedo dejar de pensar que un torrente de irreverencia hacia ciertos "elefantes blancos" otrora intocables, se ha abierto paso como el caudal de una represa que se ha quebrado; esta gente pretende pararse en medio de ese devenir y aún cree que puede poner el cuerpo. Yo les recomendaría que se hagan a un costado, o que corran.

Por caso, hace unas horas Víctor Heredia se quejó porque muchos se enojaron con los caché que cobraron por sus últimos festivales, en parte de su enojo el artista indicó que: "muchos de los que se quejan de nuestros precios, pagan mucho más para ir a ver artistas extranjeros y no los critican".

Víctor Heredia no repara en pensar de donde sale el dinero en uno y otro caso. En su caso salió de mi bolsillo en forma compulsiva y sin rendición de cuentas. Salió de una persona que jamás consumió si quiera 15 segundos de sus trabajos artísticos. En el caso de los artistas que señala como "extranjeros", nadie me vino a pedir un peso para traer a Justin Bieber, Metallica o Britney Spears. Cuando se presentaron Jamiroquai o Herbie Hancock, hice un esfuerzo y erogué dinero conforme de hacerlo para el disfrute de sus trabajos.

Así las cosas, debo indicar que se siente un sabor amargo el enterarse que he pagado el caché de Víctor Heredia para que vaya a un mitín político a rendir pleitesía por cosas contrarias a mi pensamiento y amenzantes hacia mi persona. No obstante ello, también es amargo e indigesto el trago de saber que he financiado a un artista cuya obra siempre me resultó  esquiva desde lo más profundo de mi ser y existencia; una especie de tiro en los testículos, un domingo de invierno al caer la tarde de un día nublado, húmedo, con cero grados y luego de enterarte que la chica de tu vida se marchó para siempre con tu peor enemigo. He financiado con mi trabajo, una obra de arte que me provoca esa sensación. Imposible que en libertad de decisión haya entregado, si quiera, una mísera moneda por ello.

En tanto que al respecto del señalamiento al "extranjero"; ¿Qué pretende este señor? ¿Pretende acaso que sobre el financiamiento inducido de una obra desagradable del cual he sido víctima, tampoco tenga alternativa alguna para degustar las obras que me agradan? ¿No es demasiado ya?