miércoles, 9 de mayo de 2018

Argentina y el Fondo Monetario Internacional.


El Fondo Monetario Internacional es una institución de la cual Argentina nunca dejó de formar parte. La función de esa institución, originalmente, fue establecer -como su nombre lo indica-, un fondo disponible para que los países miembros, en caso de tener crisis de balanza de pagos, dispongan en mejores condiciones que las de mercado. Con ese fondo se atemperaba la crisis (o se evitaba) hasta tanto se produjeran los resultados de los cambios estructurales que el fondo exigía para asegurar el saneamiento de los desequilibrios que llevaron a esa crisis -su estatuto prevé 4 tramos de crédito con progresión creciente de auditoría en caso de no corregirse la anomalía-. Si no te gustaba formar parte de ese club, la alternativa era salir del patrón dolar internacional y de las economías capitalistas de ese entonces, y golpear la puerta del socialismo internacional.

Argentina siempre se caracterizó por no jugarse para uno u otro lado. Lo mismo sucedió con la postura ante el Fondo; se pagó la cuota para ser miembro de un club para obtener sus beneficios, pero detestando a los socios a los que insultábamos por lo bajo. En tanto que jugábamos los domingos a la tarde a la ruleta rusa con los soviéticos en el jardín de casa.

Hoy volvemos a necesitar fondos del Fondo, la pregunta es ¿POR QUÉ?. La respuesta no es difícil de contestar: porque desde hace por lo menos 5 años hemos vuelto a tener crisis de balanza de pagos.

La crisis de balanza de pagos que tenemos hoy es consecuencia de un desequilibrio de cuenta corriente vía incremento de las importaciones potenciado por una caída considerable del precio de nuestras exportaciones, sumado al desequilibrio de la cuenta de capitales vía servicios de deuda que comienzan a ser importantes como prospectiva en el porcentaje de compromisos. Esta crisis de balanza de pagos también se potencia porque se pretende mantener el dolar como ancla para frenar la inflación, de esta manera el dolar fuerte en nuestro mercado interno no permite la salida de exportaciones y el ingreso de inversiones porque la estructura de costos es cara en dólares y el precio de los productos para exportar no son competitivos en términos de esa divisa.

Lo que hoy sucede no es más que la utilización de una herramienta posible dentro del contexto que se está afrontando. La mejor herramienta posible dentro de lo posible. Pero reitero, de no ajustar la estructura de gastos y bajar la estructura impositiva, una crisis mayor sobrevendrá tarde o temprano. A no ser que el precio de los commodities vuelva a subir a niveles de 2010.