domingo, 23 de octubre de 2016

Élites Argentinas.


Se cuenta que la frase "tirar manteca al techo" se gestó en la década del 20 del siglo pasado, y que desde ella podría verse la superficialidad con la que nuestras familias adineradas tomaban la bonanza económica de aquel entonces. Resulta ser que estas familias viajaban seguido a París y eran grandes clientes de la noche y sus varietés. Los jóvenes de esas familias -los llamados "niños bien"-, parece ser que tenían un divertimento; cuando estaban en el cabaret tiraban panes de manteca al techo utilizando los cuchillos para impulsarlos. El ganador era quien lograba pegar más panes en el techo o en su defecto aquél cuyo pan lograba más tiempo quedar pegado del techo, sin caer...

Bueno es recordar que en la Europa de aquel entonces la manteca era un artículo caro, y esta gente alardeaba de esa manera precisamente por ese hecho; pavonearse opulentos era la consigna. En ese sentido parece ser que una de las estrellas de ese irresponsable y pueril jugueteo de abundancia fue Martín de Alzaga Unzué, según los registros este personaje tiraba manteca al techo induciendo a la competencia a pegarle a los senos de la imagen de una mujer pintada en el techo del lugar. Tanto una como otra versión, con independencia de verdad de una por sobre otra, el hecho nos muestra tempranamente la categoría económica, moral, estratégica y social de nuestras "élites", más cercanas a parásitos improductivos que chupan nutrientes de la tierra, que a personas de empresa que crean riqueza de la nada.

Lamentablemente todo parece indicar que aún hoy continuamos en el mismo sendero...

Ahora ha tomado la posta un tal Matias Garfunkel, quien aprovechando las circunstancias de su condición de heredero y apropiándose cómodamente de un mercado cerrado a su medida por los burócratas que conviven de larga data con las necesidades y antojos familiares, también ha recreado esa berreta adicción de jugar al opulento transnacionalizado; el tiro de manteca al techo como divertimento de ayer, dejó paso al tiro de plomo a animales exóticos como pasatiempo de hoy. Y es interesante lo que nos deja ver el formato de este nuevo entretenimiento del actual "niño bien". De la misma manera que acumuló su riqueza cazando clientes a distancia y sin riesgo o esfuerzo alguno por innovar e invertir -utilizando las leyes como un arma de fuego para evitar competir y así cazarnos cautivos y sin alternativas-, desarrolla su juego cazando animales sin riesgo alguno mientras fuma habanos cubanos disfrazado del Ché...

Por cierto, lo olvidaba, este muchacho también succionó en los últimos años pauta oficial mediante lo que se conoció como "el Grupo 23" -tu dinero y el mío-. Multimedios que no consumía nadie pero que abultó sobremanera sus bolsillos gracias a chuparle las medias al poder de turno. Sí, con estas élites "empresarias" Argentina se encamina al futuro...

Espero que nunca estas tierras fértiles de las pampas húmedas dejen de serlo, y que el campo no pare. Porque de tener que depender de estos personajes y su creatividad, de seguro terminaríamos corriendo atrás de los cajones que irían tirando en paracaídas los Hércules de la ONU para proveernos algo de dignidad con algunas porciones de polenta, arroz y medicinas...




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En la imagen podemos observar a Andrew Carnegie en la parte inferior, "Macoco" de Álzaga Unzué y sus amigos en el borde superior izquierdo y Matías Garfunkel en las restantes dos fotos.