miércoles, 13 de junio de 2012

¿Creditos para todos o empobrecimiento para algunos?




El día de ayer, la presidente de la república, Cristina Fernández de Kirchner, anunció una nueva línea de créditos administrada por la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES).

El anuncio de esta línea cobró visos de rutilancia dado lo novedoso y, en apariencia, conveniente del proyecto; se otorgarán líneas de créditos para el grueso del arco ciudadano -previstas para familias ya sea de bajos ingresos hasta aquellas de más de 30 mil pesos- a una tasa ostensiblemente inferior a la de mercado.

Dado que los fondos desde donde emanan los préstamos requieren una administración que tenga como principal eje la evaluación presente de los rendimientos futuros -son fondos que se administran para afrontar las jubilaciones futuras de las generaciones activas presentes-, es necesario mostrar entonces un modelo que pueda considerarse explicativo sobre los riesgos, ventajas o desventajas que pueden tener decisiones económicas cuya motivación se ve empujada por una agenda política[i].

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Imaginemos una sociedad formada por 100 personas, de las cuales 60 trabajan, 20 son niños y 20 ancianos. Los salarios son de 5 mil pesos por año y por cada salario se depositan 1000 pesos como fondo de asistencia para jubilaciones y pensiones. Entonces, el neto del volumen de pesos es de 300 mil.

De los mil pesos de fondo de pensiones, 500 se utilizan para pagar jubilaciones presentes, y 500 se reinvierten para captar ganancias para pagar jubilaciones futuras. Entonces, los 20 jubilados cobrarán de un fondo fijo de 30 mil pesos (la mitad de 60 mil, que salen de los mil por cada salario de las sesenta personas ocupadas) más el neto de un flujo de fondo que sale de su aporte pasado en su ciclo activo, más ganancias administradas; supongamos otros 30 mil pesos. Cada jubilado entonces cobrará 3 mil pesos de pensión y el estado tendrá que administrar 30 mil pesos para los jubilados futuros que hoy son aportantes activos.

Supongamos que no existe inflación y que cada 10 años se duplica la cantidad de personas.

Entonces, en 10 años tendremos 200 personas, 120 de las cuales trabajaran, 40 serán niños y 40 ancianos. Siguiendo el parámetro inicial, los 40 ancianos deberían cobrar 3 mil pesos, por lo que se necesitarán 120 mil para cubrir nominalmente el requerimiento.

Si pensamos que tenemos activos 120 personas que ganan 5000 cada una y aportan 1000 pesos por salario, tenemos de donde extraer el dinero; ahora hay una masa total de 600 mil pesos, un fondo de 120 mil pesos (de los que salen 60 mil netos para aportar al fondo de jubilaciones y pensiones y 60 mil al fondo de administración de jubilaciones futuras). Aunque continuando con los parámetros iniciales, debemos tener en cuenta que ahora se destina el doble de reinversión para captar ganancias para pagar jubilaciones futuras, dado que hay el doble de cantidad de habitantes.

Si anteriormente la reinversión administrada era de 30 mil pesos, ahora ha de ser de 60 mil, por lo que no alcanzaría el presupuesto actual -120 mil menos 60 mil no da el numero de 120 mil que se requieren para pagar las jubilaciones actuales-, pero si tenemos en cuenta el fondo de 30 mil pesos que en el pasado se había destinado por la generación anterior como aporte para su futuro, entonces veremos que, suponiendo que se extrajo una rentabilidad del 100%, esos 30 mil pesos se transformaron en 60 mil[ii]. Finalmente tenemos una cifra de 120 mil pesos como fondo de jubilaciones y pensiones; una administración racional y eficiente mantuvo la calidad de vida de sus ciudadanos optimizando el rendimiento del fruto de su trabajo.

Incorporemos ahora a esta dinámica un poco de realidad; supongamos una inflación del 10% anual.

Partiendo desde el mismo momento, con los mismos parámetros y luego de 10 años; ¿Que sucedería con la administración de los fondos de pensiones y la calidad de vida de los ciudadanos a medida que transcurre el tiempo?

Los salarios luego de 10 años deberían duplicarse, al igual que el fondo disponible para jubilaciones, el pago neto correspondiente con el incremento administrado del fondo adelantado en el pasado para jubilaciones y pensiones presentes, también el gasto en infraestructura.

Si todo permanece equilibrado, esto será así; los salarios pasarán de 5 mil pesos, con una inflación anual de 10 %, en 10 años, a ser de 10 mil pesos[iii]. Las jubilaciones pasarán de 3 mil a seis mil, la reinversión de los fondos de jubilaciones pasará de ser 60 mil a 120 mil. O sea, en 10 años la masa monetaria total se duplicaría, suponemos una concomitante correspondencia en la cantidad de bienes y servicios que ésta representa.

Incorporando algo más de realidad al relato en forma de modelo, hemos de incorporar ahora un dato de la realidad insoslayable y es el efecto de la administración de transferencias de fondos que suele hacer el sector público con el objetivo altruista de redistribuir.

Volvamos nuevamente al momento original y supongamos que del fondo de previsión futura que realizan los actuales trabajadores, el estado otorga préstamos a una tasa inferior a la del mercado; si la tasa es de 10% en el ejemplo, suponemos que el estado otorga préstamos a una tasa del 5%. Veremos que las consecuencias de este empujón, en realidad aproximan el resultado del proceso a una especie de atadura.

Volviendo al punto de partida, y sin crecimiento poblacional, tenemos para el manejo de préstamos un total de 30 mil pesos del fondo aportado por los 60 empleados activos para su jubilación futura, los cuales deberán transformarse en al menos 60 mil en el contexto inflacionario mencionado.

Si el administrador de turno en el estado utiliza estos 30 mil pesos para prestar a una tasa inferior a la de mercado, supongamos del 5%[iv], logrará adquirir tan solo 15 mil pesos, llegando a un neto de 45 mil para aportar al fondo con el que se pagarán las futuras jubilaciones de los actuales aportantes. Una evaluación de proyectos correctamente realizada, que permita incorporar la tasa de inflación, la tasa de retorno en 10 períodos y traccionar al presente los ingresos esperados futuros, decantaría en un valor actual neto inviable para realizar una administración responsable, siempre y cuando, se respete el discurso de estar administrando sobre la base de no generar desequilibrios que empujen a la pérdida del poder compra (empobrecimiento) de las jubilaciones futuras de los trabajadores presentes, a los cuales -y es digno reiterar-, se les extrae parte de sus salarios como fondo de administración de jubilaciones y pensiones.

Así, de los 60 mil que deberían acompañar a los 60 mil de fondo presente, ahora solo hay 45 mil, por lo que el fondo para afrontar los pagos no es de los 120 mil pesos necesarios para mantener en 6 mil el pago actual de jubilaciones para 20 personas sumada inflación, sino que deberemos afrontarlo con un fondo de 105 mil pesos (60 mil presentes más 45 mil de administración deficiente depreciada por la inflación).

Así, solo podremos pagar a nuestros ancianos como máximo, cinco mil doscientos cincuenta pesos. O sea, setecientos cincuenta pesos inferior al poder de actualización de las jubilaciones en contexto inflacionario. En términos reales, dado el poder de compra de las jubilaciones así establecidas luego del proceso, indican que los jubilados se han empobrecido en un 12,5% respecto a las jubilaciones pasadas. Si el proceso continúa, en unas décadas los jubilados estarán cobrando un ingreso nominal que será miserable dados los precios del mercado.

Para evitar este espiral negativo, el proceso se puede amortiguar temporariamente solicitando préstamos para cubrir el faltante -generalmente empujado por una agenda política en contextos electorales, proceso que obtura la posibilidad de una evaluación correcta, creando parches de financiamiento de contraprestación elevada-. Tal mecanismo agrega así un nuevo compromiso futuro que deberá ser cubierto en forma efectiva para no caer en un espiral de obligaciones de difícil cumplimiento sin ajustes dolorosos. En la medida que no se mejoren las administraciones de los fondos y continúe creciendo el hueco, como se muestra en el ejemplo, el ajuste es inevitable. La tasa creciente con la que el sector público comenzará a financiarse para mantener el poder real de compra del fondo de pensiones, es la medida justa que penaliza deficientes administraciones y no una extorsión mercantil que pretende un abordaje rapaz a las arcas públicas. Lo correcto sería administrar a ritmo de mercado y no generar distorsiones que decanten en penurias innecesarias.

El desarrollo realizado, si bien está compactado sobremanera, no deja de ser un intento por mostrar con claridad lo esencial de una dinámica de administración temporal en un contexto inflacionario.

En el día de ayer se ha anunciado una línea de créditos para viviendas que se precia de poseer una tasa de interés claramente más baja a la de mercado y en un contexto de inflación que la duplica en porcentaje. Así, y como en el ejemplo, la tasa es negativa y muestra claramente una ineficiente utilización de fondos, los cuales corresponden a la ANSES, que es la institución encargada de velar por la administración presente de las jubilaciones futuras.















[i] EL anuncio se realiza con unos días de posterioridad y posee, llamativamente, similitud de características con el impulsado por el gobierno de la ciudad de buenos aires. Esta dinámica hace pensar más en una carrera por agendas políticas que en una objetiva evaluación de proyectos en la administración pública.
[ii] Si bien una rentabilidad de 100% es ilusoria, a los fines del ejemplo sirve para anclar nominalmente los datos y mostrar las consecuencias de una administración descalzada.
[iii]Se ha despreciado para hacer este cálculo y hacer más sencillo el análisis, el remanente nominal año a año; con tal remanente el cálculo indicaría que el primero año el salario arrancaría hacia el segundo año calculando una inflación de 10% sobre 5500 pesos, lo que acumularía para el segundo año un neto de 550 pesos que dejaría al salario en 6050 y así sucesivamente llegando a los 10 años en un acumulado que lo dejaría en niveles superiores a 10 mil. Esto se desprecia considerando que no influye en el resultado de lo que se pretende mostrar.

[iv] Se utiliza el mismo sistema de cálculo que desprecia el residuo acumulativo anual


domingo, 10 de junio de 2012

Protesta social y relato kirchcristinista

El principal argumento en contra de las protestas de las últimas horas no es objetivo, sino solapado e ideológico. Se pretende descalificar el ethos de la protesta sugiriendo que ésta no sería una "protesta social", sino una queja desvergonzada.

Un argumento objetivo en contrario de los últimos cacerolazos debería descansar en datos que refuten claramente la motivación de las movilizaciones; no los hay. Esto se hizo evidente dado el vacío de respuestas de tal tenor que mostró un gobierno que, precisamente, se ha especializado en acomodar los números y las estadísticas acorde a los relatos necesarios para mantener su iniciativa en la agenda cotidiana. Esta vez solo pudieron acudir a una renuncia rutilante (un inefable postulante a la procuraduría general de la Nación)  informada por el secretario de medios a un horario absolutamente desproporcionado -23 horas-, inmediatamente terminadas las protestas.

De esta manera y ante el vacío de datos objetivos que refuten los motivos de las movilizaciones, la maquinaria oficial en sus diferentes vertientes ha apelado a argumentaciones morales, pobristas e igualitaristas para poder amortiguar el efecto del clamor ciudadano, al cual, debemos recordar, no consideran "popular" -último y vago concepto de tinte legitimador para quien ingrese en su categoría-.

Así, al no ser una "protesta social" y al no formar parte de lo que comunmente denominan "reclamos populares", estaríamos presenciando no solo ya una terrible afrenta de las históricamente agiotistas clases medias acomodadas, sino también una amenaza directa de los ricos hacia los pobres, de los poderosos hacia los débiles; del mal contra el bien. Tal el guión que solapadamente comienzan a fogonear desde los medios estatales -6-7-8 entre otros- y de los medios privados adictos al gobierno -Duro de Domar entre otros tantos-.

El desarrollo de las próximas protestas no debe dejar de lado este punto de vista, ante cada micrófono y cámara que venga raudo a buscar un interlocutor para construir el relato destructivo del gobierno, se debe pensar detenidamente cada una de las palabras a utilizar para dar respuestas a preguntas que, de seguro, conllevarán un claro contenido capcioso y escasas intenciones por buscar una verdad.

Así, ante la presunción, la sugerencia solapada y el señalamiento como ciudadanos "privilegiados" y con un pasar opulento que no justificaría una protesta, una respuesta rápida y contundente sería la siguiente:

"...Señor entrevistador, entiendo que sugiere que solo las protestas legítimas son aquellas que se hacen por el derecho a lo más básico de la vida. Por lo tanto, y para que usted y su público legitime la mía deberé llegar al extremo, empujarme hasta tal límite; perder mi casa, el auto, ahorros, el trabajo, quedarme sin proyectos y sin sueños. Usted sugiere que solo es bajo esas circunstancias que se legitima el derecho a reclamar. Cualquier situación que no se encuadre en tal estado no sería "social" en el sentido moral y ético que parece usted cargar en esa palabra; mi reclamo para usted no es digno de un compromiso social sino de su contrario, de una trivialidad pasajera. Es desde ese lugar que me prejuzga y descalifica antes de entablar un dialogo posible. No desconozco lo trágico de aquellas personas que se encuentran en un estado de desesperación como el mencionado; ¿Usted pretende acaso que todos nosotros estemos empobrecidos a tal extremo para respetarnos como ciudadanos de derecho?..."

Creo y entiendo que solo con una respuesta que se desarrolle aproximadamente por esos carriles, podrá desprender la protesta del cepo guionado al que incorporan el mensaje los esbirros ideológicos hoy de turno.

jueves, 7 de junio de 2012

El Dogma de Montaigne

A continuación transcribo la introducción textual de la presentación del video en su entrada original en el espacio multimedia de la Universidad Francisco Marroquin. Un video imperdible para quienes piensan en la riqueza, el crecimiento económico y el desarrollo. 

Enrique Ghersi habla de la falacia conocida en el mundo como el dogma Montaigne, acuñado por Ludwig von Mises en su obra La acción humana, el cual se refiere a un pensamiento planteado por Michel de Montaigne, en Ensayos Libro 2, ensayo 22 donde dice que la pobreza de los pobres se debe a la riqueza de los ricos, basado en ideas de Demades y de Filemón. Comenta que fue a partir de una conferencia que escuchó de Manuel F. Ayau en Lima, Perú donde mencionó este problema, que le surgió la inquietud de conocer a ese autor de gran popularidad que influyó en: François Marie Arouet, conocido como Voltaire y en Joseph Arthur de Gobineau, quienes afirmaban que la riqueza era negativa. Finalmente, comenta que es importante conocer las ideas históricas erróneas para poder defender la libertad y demostrar que la riqueza es el producto de la civilización porque conquista espacios, genera libertad y valores, entre otros.

 

Argentina y el Dólar


¿Por que los Argentinos vamos a dólares? Por que al no tener un mercado desarrollado que nos de un abanico de opciones considerables para invertir, solo tenemos unas pocas. Entonces la solución no viene con más represión al mercado, SINO CON MÁS MERCADO.



miércoles, 6 de junio de 2012

Cuellos de botella inesperados



¿Sabías que la imposición de restricciones a la importación de vehículos golpeó también la posibilidad de exportarlos?

La cosa es así: en el puerto de Zárate se formó un doble cuello de botella gracias a la siguiente dinámica;  hasta que no se destraba el depósito fiscal -en donde descansan los autos a ser exportados-, no tienen posibilidad de ingresar al país los vehículos que esperan en los barcos -los que se deben importar y estan a la espera de ingreso dada la restricción-. Esta doble imposibilidad frena la salida de vehículos, dado que pueden hacerlo solo cuando aquellas embarcaciones descarguen la entrada. Al 20 de mayo en el depósito fiscal había 17.000 autos, cuando lo normal es que haya 15.000 en permanente rotación (pasa una semana desde que desembarcan hasta que salen, mientras que ahora tardan el doble de tiempo). Y a estos se suman otros 13.000 en terrenos aledaños.





Industrialización Kirchcristinista








Cristina habla sin ser tan ampulosa, se va dando cuenta que el domingo a la noche queda ridiculizada. En tanto que habla del modelo ISI y sus clásicos desajustes, chocolate por la noticia.

Cuando hubo problema vía la elasticidad de la demanda de importaciones respecto al incremento del proporcional de participación del sector industrial como aporte al crecimiento de PBI; se devaluaba por el descalce monetario entre la moneda local y la divisa internacional. Hoy el paliativo es cerrar directamente las importaciones con un patovica en la puerta.

Cuando hubo problema por el descalce dentro de los eslabones que conforman una cadena industrial, en donde las empresas más fuertes pretendían que el estado las financie vía indirecta con protección efectiva -aranceles a la importación de productos importados que competían con los suyos-, pero no estaban dispuestas a financiar indirectamente a sus seguidoras (los productores de bienes de capital local que también "debían sustituir" y que conformaban parte de la oferta de sus insumos técnicos de la empresa grande). Se establecían así, aperturas parciales para la importación de bienes de capital ante cada cuello de botella que se presentaba, lo que profundizó el descalce (de por sí imposible calzar mediante planificación) e hizo naufragar, entre otros factores, la posibilidad de generar desarrollo local en lo que se conoce como "bienes sofisticados" -que claramente suena a verso-.

Hoy entonces, Cristina anuncia un ARANCEL DEL 14% A LA IMPORTACIÓN DE BIENES DE CAPITAL QUE SE PRODUCEN LOCALMENTE.

En vez de generar las condiciones para otorgar incentivos que empujen a la necesidad de mejora en la productividad de los bienes de capital locales, para que puedan competir a niveles internacionales y brindar mejores insumos a las empresas argentinas  para que puedan mejorar la calidad de sus productos; PONEMOS UN ALA PROTECTORA PARA DESCALZARLOS DEL MERCADO INTERNACIONAL, AL CUAL VEMOS EN "CRISIS TERMINAL" Y EL CUAL, A CIENCIA CIERTA, ESTÁ AFRONTANDO UN REACOMODAMIENTO DEL CICLO DE NEGOCIOS Y SU CORRESPONDIENTE REPERCUSIÓN ESTRUCTURAL COMO CAMBIO DE PARADIGMA TÉCNICO.

Con estas medidas, en una década más estaremos como en 1983; produciendo Renault 12, Ford Falcon y FIAT 128 mientras el mundo ya producía el Toyota Corolla, el Ford Escort y el Fiat Tipo.

En unos años los autos eléctricos serán la regla y no la excepción, aquí estaremos produciendo autos a combustión interna.

Era solo un ejemplo, de solo un sector de producción, podríamos ampliarlo, espero no haberlos aturdido.