miércoles, 8 de mayo de 2019

A 100 años del nacimiento de Evita.


El pasado 7 de Mayo se cumplieron cien años del nacimiento de Eva Duarte; Evita. Como era previsible, asistimos a un desfiladero de personajes babeándose y posando para la foto, aprovechando la circunstancia para ver con qué frase de cotillón podrían quedar mejor para con la "jefa espiritual de la nación". Veamos a quien homenajeamos.

Evita fue una mujer que trató a los más desposeídos no como a ciudadanos despojados del pleno derecho constitucional del cual debían gozar, sino como a incapaces de poder ser y por lo cual ella debía asistir. Una mujer que en lugar de propender a empujar los principios fundamentales de la sociedad civil para corregir la anomalía de la falta del ejercicio efectivo del derecho para quienes no eran alcanzados de tal, se dedicó a forzar la llegada de esos derechos mediante la ficción de corto plazo, empujando por la fuerza a los más acomodados a redistribuir y dar a los más desposeídos, confundiendo el derecho y su ejercicio pleno con el beneplácito de los bienes de consumo ocasional o un salario descalzado de su productividad. Para aquel desposeído asistido por Evita, el recuerdo de ella es el de la primera bicicleta y la primera muñeca, pero no el de la vez en que sintió que ya no lo discriminaban sino que lo trataban como igual.

Evita no luchó por igualar derechos formales constitucionales para con los más desposeídos, continuó el ciclo discriminatorio y lo profundizó para canalizar su asistencia y monopolizar el derecho a un liderazgo por fuera del derecho. Fue ella la que trató a sus asistidos como "cabecitas negra" y "mis grasitas". Es cierto, podrá decirse que repetía de manera denunciante el apelativo que tenían las clases altas de Buenos Aires para señalar a los más pobres, pero sea como fuere, fue ella quien profundizó esa horrible separación agigantando el señalamiento para marcar a los suyos propios. Y con ello, abrir la herida de esa diferencia y realizarse autoasumiéndose como la guía de los que no pueden. Y que sin ella nunca podrán...

¿En serio hay algún motivo para festejar los 100 años del natalicio de semejante monstruo?

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