lunes, 23 de septiembre de 2013

Libertad de elegir


Guillermo Moreno ha "invitado" a los empresarios a ser solidarios, y nuevamente el funcionario ha dejado un sabor amargo con su particular forma de paliar los problemas. Si bien es claro que intentar una crítica de esa sutil sugerencia del secretario de comercio, sería fácilmente traducido por cualquier oficialista como un acto que no se "sensibiliza ante los problemas sociales", se hace imprescindible su realización para todo aquel que piense en libertad antes que en encierro, por más que lo primero que se arguya al respecto sea una construcción del tipo; "con el afán de pegarle al gobierno, no se hace más que olvidarse de los problemas de la gente; ¿Qué hay de malo en hacer un fondo de dinero puesto por empresarios a los cuales les ha ido muy bien todos estos años y bien podrían ayudar a las víctimas de una inundación?”. Y como esto tendría todo de bueno, lo malo sería pretender ver un problema donde solo hay amor, buenaventura y grandes intenciones.

Mi observación no será muy extensa, sencillamente pienso en los grados de libertad que puede tener un empresario, dadas las condiciones en las que se sugiere su decisión. En este sentido, las decisiones siempre deben nacer desde un cúmulo de alternativas en un pié de igualdad; la libertad para elegir nunca debe estar previamente coaccionada, pensemos un ejemplo. Supongamos al empresario X, respondiendo de la siguiente manera; “Señor Moreno, en mi caso no depositaré dinero en dicha cuenta, puesto que mes a mes he dejado en las arcas del erario público, los recursos necesarios para paliar esta inconveniencia, no solo luego del imprevisto, sino también para minimizar las consecuencias negativas del mismo con las correspondientes obras y servicios públicos diseñadas a tal efecto”.

Quienes crean que esa alternativa de respuesta es hoy posible ante tal sugerencia vertida por el funcionario, entiendo que no están haciendo una evaluación correcta del estado en el que se encuentran hoy, quienes deben negociar con la secretaría de comercio. ¿Imaginan la respuesta del funcionario ante tal postura? ¿Qué podría pasar con ese empresario? De mínima entiendo que puede aparecer con su nombre y apellido, estigmatizado por “egoísta” y “falto de compromiso para con los que menos tienen”, so pena de tener que sobrellevar diferentes trabas y presiones que se darán a partir de ese mismo instante.

En la famosa película “El Padrino”, cuando Vito Corleone pretendía comprar un bien que no estaba puesto en venta pos su poseedor, sugería lo siguiente; “le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar”. Y acto seguido daba un número determinado –generalmente superior al precio hipotético de mercado-.

Si bien el vendedor –que había sido empujado a esa negociación-, podría rechazarla, sabía que al hacerlo sobrevendría una consecuencia rayana al disgusto si se negaba a tal ofrecimiento. En efecto, era una “oferta que no podría rechazar”. Así, la sola motivación antojadiza de quien posee una asimetría de poder, restringe la libertad de quien se ve interpelado, dado que las respuestas posibles no son múltiples, sino únicas. O se acepta, o se está preparado para afrontar las consecuencias. Y ese es el problema con este fondo solidario "voluntario"; es la creación de un fondo que los empresarios no podrán rechazar. Y es ahí donde la libertad cae presa de la elucubración y el escarnio.

¿Se comprendió de qué hablamos cuando hablamos de libertad o de encierro?


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