viernes, 19 de abril de 2019

El liberalismo argentino y la encrucijada electoral.


El liberalismo vernáculo se fortalecerá, adquirirá sentido y aglutinará sus propias fuerzas sobrepasando sus diferencias y conformando una oferta electoral que podrá cosechar un tercio del electorado hacia las intermedias de 2021, solo si abiertamente se opone al actual gobierno de Cambiemos, aún a sabiendas que el riesgo de tal postura sea el retorno franco del kirchnerismo.

Estamos a meses de la contienda electoral y ya es momento de terminar con la tibieza: ¿Qué clase de liberalismo se pretende construir a partir de la actitud pusilánime que sintetiza la frase "vamos con ellos porque de lo contrario vienen aquellos"? ¿Qué clase de persona libre se decide por un movimiento tibio, antiliberal, que salta a la vista que de tan lábil, al primer tripulante que tirarán del barco a la primera de cambio, será a un liberal? ¿Acaso la historia de quienes promovieron la Revolución Gloriosa, la Revolución del Té y las grandes gestas liberales de la historia tuvieron esa actitud miserable?

El liberalismo fue -y deberá ser- un grito profundo de libertad y justicia y hoy, en Argentina, no hay ni la una ni la otra. Y el actual gobierno no está llamado a garantizar o luchar con bríos por tal objetivo -el máximo posible en una sociedad civil-. ¿Miedo al cuco?

Liberales, el miedo es algo que todos tenemos, pero también el poder de un convencimiento de estar luchando por una causa justa, hace que se pueda sobrellevar.

Permanecer pensando en Cambiemos porque vuelve el kircnerismo, conlleva cierta execrable pusilanimidad. Si vuelve el kirchnerismo, que vuelva! Más aglutinante será la posición liberal y más gente comprenderá el sentido de nuestra gesta. ¿Seremos perseguidos? Seguramente! Pero también con este gobierno lo somos, de hecho, ya lo estamos siendo a nivel de estigma con la mofa y el tilde de "libersaurios" y "liberalotes". La única diferencia que obtendremos con el retorno del kirchnerismo, será positiva; y es que con el verdadero monstruo adelante, la verdadera gesta podrá nacer. De lo contrario, seguiremos siendo soldados furtivos atrincherados en solitario entre las montañas y, claro está, también cobardes arrastrándose de oficina en oficina negociando mendrugos de libertad que nunca llegan y siendo escupidos por el escarnio público (sabemos que de ésos tenemos muchos en nuestras filas, pero también servirán llegado el momento).

La única gesta posible que podrá hacer del liberalismo una alternativa a tener en cuenta por más personas en este inefable país, es oponerse abiertamente a este gobierno y no dudar más. Menos aún, pensando en "el cuco". El liberalismo nunca se distinguió por ser un movimientos de cobardes, sino todo lo contrario. Y hoy estamos quedando como lo que no debemos ser ¿O será que lo somos?

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