miércoles, 5 de febrero de 2020

La responsabilidad del Estado.


Hace dos días un vehículo que transportaba pasajeros en Argentina salió de la senda asfáltica de la ruta y volcó. Como resultado de ello dos pasajeros murieron y otros tres tuvieron que ser amputados. Se ha dicho en las últimas horas que el chofer se quedó dormido y por eso sucedió la tragedia. Y se ha agregado que la causa de esta anomalía en su función fue el exceso de trabajo y el escaso tiempo de descanso entre viajes -le llaman "el rebote" y significa que solo descansan dos horas entre viajes cuando deberían hacerlo 12-. Si en efecto este "rebote" sería el causal de la somnolencia del chofer, podría solucionarse incorporando más choferes a la plantilla -digamos el doble- pero eso dejaría a la empresa en cuatro situaciones posibles de las que tendrá que optar por una de ellas:

- Deberá pedir subsidios -que luego pagamos todos con impuestos- porque no le dan los costos debido a las cargas sociales e impositivas que significan esos nuevos salarios.

- Deberá elevar el precio de los pasajes en un contexto de demanda agotada debido a la caída de ingresos (elevación de precios de pasajes que podría ser, nuevamente, amortiguada por la ficción de un subsidio público)

- Deberá incrementar el nivel de riesgo de accidentes en el mediano plazo por haber desacoplado la proporción entre gastos de capital y gastos corrientes, empujando a no reponer stock de capital (nuevas unidades) en pos de pagar salarios y bienes complementarios.

- Deberá ir directamente a la quiebra en el mediano plazo porque no podrá hacer frente a pago de proveedores debido a las cargas salariales y sociales que significa la duplicación de planta.

De la única manera en que la empresa podría duplicar su planta de choferes y continuar siendo viable económicamente, es si se redujeran a la mitad las cargas impositivas y las cargas sociales al trabajo.

No le den más vueltas al asunto: El Estado es responsable.

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