domingo, 10 de febrero de 2019

"Fuga de capitales" ¿encierro o conspiración?


¿Cuantas veces escuchaste hablar de "fuga de capitales" para acusar a quienes ponen a resguardo sus ahorros e inversiones como así también a quienes mejoran el rendimiento de sus carteras basándose en el movimiento de las mismas?

No pocas veces en nuestro medio se apela a ese estigma falaz para acusar económicamente a las personas y a las empresas de un delito que no cometieron. La pobreza suele ser la falsa prueba en la que se sustenta esa falsa acusación; "la fuga de capitales se paga con la pobreza del pueblo", nos dicen.

No olvidemos que solo en las cárceles la búsqueda de libertad queda interpretada como una fuga.

También encontramos quienes acostumbran utilizar este horrible formato de pensamiento cuando escuchamos hablar de "fuga de cerebros" (como si mantener cerebros en un corral fuera algo altruista!).

Partiendo nuevamente de recordar que toda fuga implica encierro, sería bueno preguntarnos qué implica para nuestra libertad que un grupo de prestidigitadores diseñen los términos institucionales por los cuales creceremos domesticados en la búsqueda por evitar "que nuestros cerebros se fuguen"; sin dudas un campo de concentración mental horripilante. Y esto no tiene categoría de correspondencia -en el sentido de diseño-, con un lugar donde se busca mantener las libertades individuales e institucionales económicas básicas para que se geste un desarrollo tal, que no solo no implique fuga, sino que también sea un punto de referencia de atracción. Esto último no es el resultado del diseño de una prisión, sino la lógica consecuencia de una secuencia libre.

¿Por qué los inversores ven en Estados Unidos uno de los lugares donde poner a resguardo sus inversiones y los científicos ven allí el lugar más importante para poder desarrollar y plasmar sus ideas? ¿Porque allí "hay más capacidad bélica y es la cárcel más cómoda" o porque allí están a resguardo sus libertades de decidir con independencia a la obligatoriedad burocrática de tener que cumplir?

Sería bueno que lo volvamos a pensar.

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