sábado, 9 de abril de 2016

El cooperativismo soviético.

Parece ser que el ex Ministro de economía de la República Argentina, Axel Kicillof, anda deambulando con una pintoresca junta de acompañantes, una especie de manada sovietista que suele juntarse de tanto en tanto a intercambiar diferentes formatos de presentar frustraciones en el Centro Floreal Gorini de la Cooperación, alguna que otra plaza y algún que otro anfiteatro universitario. Uno de los argumentos principales -aparte del clásico "peguémosle al nuevo gobierno neoliberal", indica que es muy -pero muy!-, importante "discutir teoría económica alternativa". He estado atento a los argumentos que pueden extraerse de tal altruista proposición. Veamos.

Luego de la "discusión" que he presenciado en las últimas jornadas he visto que en los intercambios lo más que alcanzan a poner sobre la mesa  como "teoría económica alternativa" (aparte de los despotriques acostumbrados), es una ambición mayor muy, pero muy modesta. No es más que la NEP a la cual pasaron el plumero. La NEP es la vieja "Nueva Economía Política" -o Новая экономическая политика, НЭП, Nóvaya Ekonomícheskaya Polítika-, que existió en la Unión Soviética en tiempos de Lenin, allí por la década del 20 del siglo pasado, hace casi ya 100 años...

La NEP fue un modelo económico que se propuso durante la revolución Rusa para paliar, entre otras cosas, hambrunas generalizadas, retraso industrial y falta de productividad en una economía que crujía por todos lados en un momento de la historia de la humanidad en la cual lo único que comunicaba a los seres humanos a largas distancias era la carta papel, el telégrafo y los primeros teléfonos. Y solo comunicaban a no más del 5% de la población mundial. En otro orden de cosas, estos pintorescos y posmodernos pensadores telúricos cooperativistas, suelen sostener que su compromiso, desde las Universidades con las que tienen relación, es no permitir que se vuelvan a formar economistas formateados con la teoría "neoliberal" que tanto daño hizo a nuestra sociedad.

Sin embargo esta gente en los últimos 12 años fundió el país. Y lo fundió justo cuando gozábamos de los mejores términos de intercambio de la historia (el precio de los que nosotros vendemos vs el precio de lo que compramos). Y lo fundieron pasando nuevamente un plumero para revivir un oxidado elemento del pasado, utilizando las mismas vetustas herramientas que los confirmó equivocados, terminados; el modelo de Gelbard de principios de la década de 1970 (que a su vez era un refrito de la NEP soviética de principios del siglo XX).

Esta gente promoviendo "teoría económica alternativa" con esos parámetros, es algo así como alguien dedicado a la moda que de repente quiere mostrarse vanguardista y alternativo, y entonces se desplaza raudo a Milán para proponer como "nuevo modelo alternativo de vestimenta", no más que un trozo de piel de oso ensangrentado y pegajoso, que se adhiere muy bien al cuerpo debido los líquidos del animal que se pegan a la piel humana como lo haría una sopapa. Y ante la pregunta sobre lo desagradable de la putrefacción que emana la vestimenta, argumentan con displicencia que les extraña el planteo, puesto que la nueva moda debe ser utilizada aún fresca, recién extraída del cuerpo del mamífero, tal cual lo hacían nuestros ancestros: los verdaderos creadores del arte de la vestimenta; los cavernicolas...


No hay comentarios: