sábado, 21 de febrero de 2015

El Chavismo de Maduro.

Es patético y genera escozor ver a Nicolás Maduro haciendo los mismos gestos que el fallecido Chávez, ello muestra claramente que ha estudiado la misma forma de guión para trazar una misma puntualización, utilizando hasta las mismas exclamaciones. Maduro hoy es la copia fiel, aunque con bigotes -como en un cuento de Borges en el cual el cuchillero Rosendo "El Pegador", era tan admirado que le copiaban hasta la forma de escupir-. Y esa triste imagen también deja un mensaje.

Deja expuesta la idiotez a la que sume la ideología a una persona, dejándola incapacitada para captar que está presenciando la actuación de un tirano acercándose al peor estado psicológico deseable para un enfermo de esa calaña; el saberse próximo a quedar sin nada. Y eso es muy peligroso.

Este tipo de personas generalmente tienen una conducta que se repite a lo largo de la historia. Ante la desesperación que los aborda en paralelo a la toma de consciencia del vacío que se aproxima, reaccionan como lo que en última instancia son; estúpidos asustados ante el inexorable devenir del ocaso. Y en esa reacción generan el último gran acto que puede generar un idiota con poder; ordenan la represión total sea cual fuere el costo.

Espero equivocarme. Sinceramente.

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