domingo, 10 de noviembre de 2013

ARTISTAS MILITANTES Y COMPROMETIDOS


Desde mi adolescencia y hasta hace algunos años, siempre me llamó la atención la anuencia y el silencio -para mí incomprensible-, que se evidenciaban en las escasas o nulas contestaciones al respecto de determinadas posturas políticas de un grupo de artistas que hoy campean las huestes del oficialismo: Gieco, Heredia, Páez, Sosa, Alterio, Sabaraglia, Romano, Grandinetti, entre muchos otros.

Hoy he captado en toda su dimensión algo que ha sucedido ya, y es inevitable. Es difícil determinar qué tipo de fenómeno lo ha empujado (podrían ser las nuevas tecnologías de la comunicación y las redes, aunque también el hartazgo de décadas que espontáneamente se abrió paso luego del primer grito de indignación), cuando veo las respuestas a Heredia y Gieco, no puedo dejar de pensar que un torrente de irreverencia hacia ciertos "elefantes blancos" otrora intocables, se ha abierto paso como el caudal de una represa que se ha quebrado; esta gente pretende pararse en medio de ese devenir y aún cree que puede poner el cuerpo. Yo les recomendaría que se hagan a un costado, o que corran.

Por caso, hace unas horas Víctor Heredia se quejó porque muchos se enojaron con los caché que cobraron por sus últimos festivales, en parte de su enojo el artista indicó que: "muchos de los que se quejan de nuestros precios, pagan mucho más para ir a ver artistas extranjeros y no los critican".

Víctor Heredia no repara en pensar de donde sale el dinero en uno y otro caso. En su caso salió de mi bolsillo en forma compulsiva y sin rendición de cuentas. Salió de una persona que jamás consumió si quiera 15 segundos de sus trabajos artísticos. En el caso de los artistas que señala como "extranjeros", nadie me vino a pedir un peso para traer a Justin Bieber, Metallica o Britney Spears. Cuando se presentaron Jamiroquai o Herbie Hancock, hice un esfuerzo y erogué dinero conforme de hacerlo para el disfrute de sus trabajos.

Así las cosas, debo indicar que se siente un sabor amargo el enterarse que he pagado el caché de Víctor Heredia para que vaya a un mitín político a rendir pleitesía por cosas contrarias a mi pensamiento y amenzantes hacia mi persona. No obstante ello, también es amargo e indigesto el trago de saber que he financiado a un artista cuya obra siempre me resultó  esquiva desde lo más profundo de mi ser y existencia; una especie de tiro en los testículos, un domingo de invierno al caer la tarde de un día nublado, húmedo, con cero grados y luego de enterarte que la chica de tu vida se marchó para siempre con tu peor enemigo. He financiado con mi trabajo, una obra de arte que me provoca esa sensación. Imposible que en libertad de decisión haya entregado, si quiera, una mísera moneda por ello.

En tanto que al respecto del señalamiento al "extranjero"; ¿Qué pretende este señor? ¿Pretende acaso que sobre el financiamiento inducido de una obra desagradable del cual he sido víctima, tampoco tenga alternativa alguna para degustar las obras que me agradan? ¿No es demasiado ya?

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