miércoles, 18 de abril de 2012

El oscuro brillo del nuevo Querubín






















He leído "FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA GENERAL"-Las consecuencias teóricas de Lord Keynes-. El libro basado en la tesis doctoral de Axel Kicillof hace unos años; mi profesión obliga a estar actualizado con los diferentes puntos de vista en tanto análisis económicos. Al escuchar el día de ayer su exposición en el congreso de la Nación, me propuse poner en imagen lo que considero, subyace a su esquema conceptual; la forma en que este muchacho ve los precios, el trabajo y el valor. Axel Kicillof cree ver por todos lados operando la "ley del valor trabajo", sin tener en cuenta la escasez y la utilidad. A diferencia de Isaac Newton, quien no solo creía observar una ley operando sobre los cuerpos y en consecuencia creó una genial estructura conceptual y matemática para dar forma a una explicación acabada sobre el fenómeno, el viceministro parece no diferenciar claramente fenómeno de abstracción, teoría de hecho; realidad de fantasía.

Voy a intentar exponer la forma de abordar los "hechos económicos" que tiene Kicillof con un ejemplo para que lo entiendan todos -y todas-. Hay un sketch de Diego Capusotto (un cómico argentino), en el que un adicto a la marihuana cree escuchar que todo el mundo habla de "faso". Así, el muchacho, cuando escucha radio y, ante una información del tipo: "una increíble cortina de humo tapa la visibilidad..." se pone como loco y comienza a decir; "están hablando de fasooo, están hablando de fasooo" (se embala por que escuchó la palabra humo). De esta forma, reacciona con grata sorpresa ante cada frase que escucha y que contenga la palabra "papel" "yerba" o "fumadores". El personaje de Capusotto siempre cree que; "están hablando de fasoooooo...". Enternece ver al personaje en su inconsciente auto conmiseracion.

A Kicillof parece sucederle lo mismo que aquel entrañable personaje cuando escucha palabras como "trabajadores" "trabajo" "Salario" "costo" o lo que fuere que pueda hacer "feet" con lo que tiene en su cabeza, a saber; "las penurias incorporadas en los productos, las cuales son sustancia de valor de los mismos". Cuando escucha aquellos conceptos, el funcionario se embala como un Fórmula Uno. Al igual que el personaje de Capusotto, que nos dice, fuera de contexto: "están hablando de faso", el viceministro, cuando se analizan precios y rentabilidades, nos dice; "están hablando de la ley del valor trabajo". A diferencia del personaje artístico anteriormente mencionado, el viceministro no enternece al verlo, sino que su petulante arrogancia cimentada en el vacío provoca un profundo escozor. Bueno, he ahí el economista que nos alumbra con sus discursos; un Querubín oscuramente brillante...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajaaa!! muy bueno!! sutil y se nota que hay que manejar bastante de economía para tirar tremenda ironía, muy bueno!! ES ASÍ!!!

Jorge Cerrigone Lloyd dijo...

Muchas gracias por tu apreciación, "anónimo".

Anónimo dijo...

Sinceramente no encuentro el chiste, me parece que denigrar así a un funcionario público es digno de una persona resentida. Se nota por lo que dice este blog y por los tipos que has citado con sus fotos en la barra lateral que sos un cipayo de mierda. Aguante el proyecto y aguante Kicillof carajo!!

Jorge Cerrigone Lloyd dijo...

"Anonimous" veo que tu racionalidad aún no ha germinado. El pensamiento binario se ha apoderado de ti, debes pelear fuerte para extirparlo, si lees algunas de las obras de los autores de ésa barra lateral, pueden llegar a ser un buen exorcismo para expulsar el espíritu putrefacto que te ha poseído... Voy a contestarte con algo que le he contestado a otra persona, en otro lugar, que parece manejar tus mismos prejuicios.

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Qué pena que no hayas podido captar la esencia de la ironía y solo hayas chocado con su apariencia. Probablemente pueda deberse a que aún no has comprendido la naturaleza conceptual de la misma o, tal vez, a la incomprensión de la relación entre el valor que le damos a las cosas, el trabajo con las que se producen, la utilidad que nos proveen y la escasez de las mismas que pueda presentarse en momentos diferentes de nuestras vidas. Al leer tu respuesta me vino a la mente un intercambio que tuvimos hace un tiempo con un par de colegas al respecto del carácter subjetivo de nuestras elecciones y su relación con la cantidad de conceptos que manejamos en nuestro cerebro. El tema lo gatillo una discusión que se había abierto en una mesa contigua a la que cenábamos y en la que discutían al respecto del humor de Les Luthiers y el de Jorge Corona. Resultó que uno de los comensales vecinos estaba muy nervioso y gesticulaba diciendo que Les Luthuiers le parecían unos sonbs, unos garcas y que no le hacían reír ni medio, que se divertía con Jorge Corona. Otro muchacho de los que compartía su mesa indicaba que, probablemente no le gustaban por que no los entendía, y que no tenía nada que ver que les diga "garcas" o "snobs", que eran apelativos ad-hominem que nada aportaban a la discusión. El muchacho seguidor de Jorge Corona, no admitiendo un ápice lo que su amigo replicaba, y en un gesto petulante y con una risa jocosa, se tiró hacia atrás y, gesticulando ampulosamente dijo:

"Aaaa bueeee, mirá vos al intelectual!!!¿¡Me podes explicar qué carajo quiere decir ad-hominem hermano?!! Ves! por eso te gusta Les Luthiers a vos putito, no se te entiende nada lo que decis!!..."

Mágicamente el guion que dio vida a la discusión contigua se apoderó de nuestra mesa, aunque, a diferencia de aquella y, probablemente por alguna especie de intento de abordaje al tema desde un lado más científico, en la nuestra no era discusión ni gritos, sino intercambio cordial y ameno para comprender el por qué de tal antítesis entre Jorge Corona y Les Luthiers y el fanatismo que aparentemente había generado tal separación aparente. De suerte que a todos nos gustaba ambos tipos de humor!

Bueno, concluimos que siempre la subjetividad se abre paso y que siempre ha de ser bienvenida la libertad de elegir mediada por esa inmanente característica que nos diferencia como individuos. Así es que, por suerte, he comprendido hace tiempo ya que no se puede dejar conforme a todos todo el tiempo. Finalmente, al respecto de la separación entre teorías y modelos, entre conceptos y realidad, te dejo un párrafo que creo, sintetiza muy bien lo que tú crees que yo no manejo y muestra lo que yo creo de tú no has captado.

"Creemos una y otra vez que seguimos la naturaleza y lo que seguimos es sólo la forma a través de la cual la contemplamos.
Una imagen nos tuvo presos. Y no podíamos salirnos de ella pues consistía en nuestro lenguaje, de suerte que éste nos parecería repetirla inexorablemente "
Ludwig Wittgenstein, Philosophische Untersuchungen, 114-115.

Saludos!

Jorge Cerrigone Lloyd dijo...
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