miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Sensación de libertad o profundización del encierro?

Intercambiando opinión al respecto de los seguimientos para comprar dólares, una persona me dijo: “… a mi no me parece mal que se tenga que blanquear para comprar dólares, es un eterno problema que ha padecido Argentina desde siempre, y este gobierno parece encaminar la solución. Si ganas 5000 y tus cuentas declaradas denotan que no podes ahorrar más de 500 dólares por mes, esta bien que no te dejen comprar más”.

A lo que respondí: “pero si tengo ganas de hacerme cargo un preciso mes de comer arroz partido, pagar mis cuentas al mes siguiente, encargándome de costear mis intereses sobre la base de hacer uso de mi libertad de elección -por más que esta me suma en la indigencia provisoria- y, COMPRAR 1200 DÓLARES. ¡No lo puedo hacer! dado que el sistema – en apariencia altruista- me lo prohíbe de facto. Esto es una clara restricción a mi libertad de elegir sobre la base de mis propias acciones conciente de los costos que deberé afrontar por ellas

La persona con quien hablaba hizo unos segundos de silencio y dijo: “La verdad es que tienes razón, no había pensado desde ese lado el punto”. Luego, continuando la conversación, le expliqué como es que las ranas se dejan cocinar a fuego lento sin advertir la adaptación a la temperatura que las llevará a su propia muerte, mostrando la contraparte del ejemplo de otra rana que, tirándola al agua caliente sin previa adaptación salta huyendo despavorida ante el peligro, ante lo cual, mi interlocutor contestó: “¿y esto es precisamente lo que esta sucediendo verdad?". En efecto, indiqué, eso parece estar sucediendo. Con una mirada acompañada de un agudo ceño, lo que dejaba ver que su nivel de concentración se elevaba, preguntó: “¿¡Como es eso del liberalismo que tanto mencionas…?!” Y comencé a sentir que no todo estaba perdido…

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