domingo, 16 de agosto de 2020

Una bella pandemia argentina

Durante la última conferencia de prensa que el Ministerio de Salud de la República Argentina ha realizado para comunicar el estado de avance de gestión ante la pandemia Covid-19, hubo un hecho llamativo que sorprendió a propios y extraños: Los funcionarios, luego de dar el parte informativo, realizaron una coreografía con una artista infantil digna de los instantes posteriores al final de una película de Bollywood. Resulta ser que la payasa que apareció en la conferencia de prensa era “La payasa Filomena”, una integrante del grupo infantil “Vuelta Canela”, y parece ser que el fuerte de este grupo es “ser respetuosos de las infancias” y no tratar a niños y niñas como “productos consumibles”. En un intercambio se me ha sugerido -de manera indirecta- "ponerme a pensar" porque, me dicen, se trata de “muy buenos artistas que no tratan a los niños y niñas como tontitos”. También se me informa que en esa línea hay excelentes “productos musicales” que rescatan “la línea pedagógica iniciada por María Elena Walsh y que con el tiempo se fue abandonando por productos musicales mercantilistas enlatados”. 

Es una pena; que tan buenos atributos e intenciones no hayan sido acompañados por estos artistas con la suficiente sensibilidad cognitiva como para advertir que los estaban rifando al transformarlos en una patética pantomima por exponerlos en el lugar equivocado, es realmente una pena. 

Se trataba de una conferencia de prensa cuyo objetivo era brindar información sobre el número de víctimas fatales, infectados, recuperados y estado de situación de avance de una pandemia por la cual se ha encerrado a la población -al menos bajo pena legal por incumplimiento- por más de 150 días.
Me llama la atención la incapacidad que existe en nuestro medio para separar ficción de realidad y anhelo de pensamiento, lo que empuja a captar las circunstancias de una manera tan equivocada que se interpretan los contextos casi de manera inversa a lo que ellos manifiestan. 


Aún no tengo claro si esto se da espontáneamente o hay todo un sistema de educación para tal anómalo sentido de orientación. Hoy no es poca la gente que cree, realmente convencida, que sería deseable tratar a la ciudadanía como Guido Orefice trató a Giosuè en "La Vida es Bella". Es increíble (quiero pensar que lo sugieren por un exceso de bondad y no como arma comunicacional de distracción conscientemente premeditada). El actual momento no pide el desarrollo de patéticas pantomimas desde un púlpito público, nos exige mayor responsabilidad, rigor y simetría ante las circunstancias: eso es lo mejor que podemos hoy hacer por la vida.

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