jueves, 28 de enero de 2016

Milagro Sala. El liderazgo y la protección.

Quienes tomaron la Plaza de Mayo con el objetivo de permanecer allí hasta que liberen a Milagro Sala, consideran que la liberación es posible TAN SOLO con un llamado del Presidente. Consideran como única condición de cambio -desde la acción política-, a líderes que golpeando con el puño en una mesa o gritando en un discurso resuelven los avatares y problemas que atañen a sus vidas. Es por este motivo que creen poner bajo presión -en una especie de extorsión- al Presidente con este nuevo acampe que desde Plaza de Mayo apunta sus cañones hacia él. Y también es por tal motivo que entienden al sistema judicial como una institución de ficción, considerando que la líder jujeña -ahora encarcelada-, no está sujeta a pena alguna sino a su legítimo derecho a inmediata liberación, con independencia al delito del cual se la imputa. Asumiendo entonces el paradigma desde donde emanan estos reclamos y las formas de organizarlos, es mas sencillo comprender el marco de acción política que sobrevendrá en adelante: hoy la lucha es por un mártir, no por un sujeto de derecho. Milagro Sala es, precisamente, el líder que posee esas miles de vidas que dependen verticalmente de su fuerza.

La acción de la justicia intentando velar por las libertades civiles mediante la propuesta de una administración neutra, que reoriente aquellos recursos con los cuales se ejecutaba la relación subsidiaria entre esta mujer y sus seguidores a fuerza de la retención de sus escrituras y la obligatoriedad de favores, es interpretada como una persecución política. Los acontecimientos que están sobreviniendo bajo la estricta lógica de una búsqueda de justeza en la administración de los administradores de fondos de cobertura social para los más necesitados, se interpretan por estas mismas organizaciones como una puja verticalista en donde el líder exhala deseos y sensaciones, y los seguidores lo satisfacen, festejan, acompañan y obedecen. Por eso ven en el Gobernador Gerardo Morales un elemento a desplazar antes que un representante institucional.

Así las circunstancias también es natural que estas organizaciones perciban un demonio en Mauricio Macri, puesto que el pasaje desde el encierro hacia la libertad nos expone antes a percibir el riesgo de perder lo poco que poseemos que a captar los beneficios de lo mucho que podremos. Y hoy, por caso, cuando se piensa en las consecuencias del encarcelamiento de la líder jujeña y las casas realizadas bajo su liderazgo, primero se hace mención a la pérdida potencial de las mismas antes de apuntalar el beneficio que supone la definitiva conclusión de los procesos de escritura y la entrega de los títulos de propiedad que corresponden.

La libertad asusta, puesto que es más cómodo alinearse al líder que devuelve alimento por apoyo, que entregarnos a conseguirlo por nuestros propios medios. Sin embargo, no es ocioso repetir -una vez más- que hasta el mundo entero nos está permitido anhelar siempre que por nuestros propios medios lo intentemos conseguir, y es tan solo básica subsistencia todo de cuanto podremos alcanzar siempre que permanezcamos bajo la cómoda acción de mirar al cabecilla para satisfacerlo respondiendo a todo que si.



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