La "profundización del modelo" y la "sintonía fina" finalmente han llegado al lugar en donde ni el propio oficialismo tiene idea que es uno u otro concepto, tampoco sabe en donde detectar algún que otro parámetro para poder explicar aquellos u otro tipo de lógica económica que los pueda seguir alimentando. Comienza a confirmarse para el grueso de la ciudadanía que aquellos slogans son solo formalismos mediáticos para hacer altruismo dialéctico. Es la cadencia que anuncia el final de una sinfonía que se desarrolló desafinada y a destiempo.
Hoy ha comenzado una nueva etapa en la intervención del mercado de cambios y no hay información clara sobre cuáles son los parámetros que hay que respetar -proporcionalidad de ingresos y destino de fondos, entre otras cosas-, para que efectivamente autoricen a un ciudadano realizar una determinada transacción.
Una persona que paga el impuesto a las ganancias y realiza su declaración jurada una vez al año, conjuntamente con el pago de bienes personales, ingresos brutos y demás, ya ha informado debidamente y cumple los requisitos impuestos por el poder de policía que la AFIP tienen hoy sobre los ciudadanos; DEBE disponer de sus ingresos a voluntad. Sin embargo, dentro de las informaciones que se requieren, se deja entrever una cierta sugerencia que podríamos sintetizar así: "
...para esto, y no para otra cosa (que consideramos suntuaria para ti debido a tus ingresos), puedes comprar un determinado porcentaje de dólares, que, en tu caso, dado que ganas "X", debe ser "Y". Dado también que tienes que vivir con "Z", te autorizo un proporcional entre y/z de cantidad de dólares para poder adquirir...". Cualquier parecido a un país caribeño plagado de sueños incumplidos y rodeado de tiburones, es mera coincidencia.
Si una persona en Argentina quiere ahorrar todo su ingreso, afrontar sus compromisos presentes el mes siguiente, evaluando el pago correspondientes de los intereses -los cuales ajustan económicamente el costo de su decisión-. Si decide bajar su dieta al mínimo durante un mes para disponer del grueso de su dinero y destinarlo a la compra de dólares, POR QUE SE LE DA LA GANA; hoy no puede hacerlo.
Un burócrata le dirá: "
usted no puede comprar esta cantidad de dólares por que su ingreso no lo permite; para usted esa cantidad de dólares es un bien inalcanzable".
Ahí deviene una inconcebible injusticia, una restricción económica que interfiere en el acto privado de las personas que hacen uso del fruto de su trabajo, una violación de derechos directa disfrazada de necesidad administrativa. Un ocultamiento de las libertades civiles tras el cortinado estatal que hoy posee un grupo de personas disfrazadas de altruistas políticos.
Un ciudadano LIBRE E INDEPENDIENTE es aquel que tiene TODAS Y PLENAS GARANTÍAS DE PODER DECIDIR Y CARGAR CON EL COSTO Y LOS BENEFICIOS DE SUS DECISIONES Y NO UN OPA DEPENDIENTE DE PAPA ESTADO QUE LO CONTROLA PRESUPONIENDO EX-ANTE LA MEJOR Y MÁS DESEABLE CONDUCTA ECONÓMICA DE SU DECISIÓN.
No debemos perder ese punto de vista, debemos oponernos fervientemente a cualquier argumento que pretenda relativizar aquel principio, por más altruismo con el que venga disfrazado.