El rol del estado

Si un grupo de personas corta una calle, son piqueteros, pero si hablan con el burócrata indicado se transformarán en poseedores de una concesionaria de peaje.

Si un grupo de personas cree hablar con el más allá, son una secta, pero si hablan con el burócrata indicado se transformarán en los representantes de una religión oficial.

Si un grupo de personas se dedica al asalto de casas y robo a mano armada, son delincuentes, pero si hablan con el burócrata indicado se transformarán en agentes de seguridad oficial.

Si un grupo de personas se esparce por las esquinas amenazando a los transeúntes con romper sus vehículos si no abonan una suculenta propina para cuidarlos, son barrabravas. Pero si hablan con el burócrata indicado serán poseedores de estacionamientos privados.

Si un grupo de personas utiliza sagazmente el poder de la palabra, incorporando para su beneficio el quehacer del piquetero, la metafísica del sectario, la amenaza del delincuente y el apoyo barra brava, lograrán transformarse en ése grupo de burócratas del que todos dependemos.

¿Hemos comprendido ahora en donde radica el poder y desde que lugar emana el beneficio del estado?