Porque el saber no se obtiene buscando un conocimiento completo, sino captando nuestra ignorancia adecuada.
domingo, 4 de noviembre de 2018
Argentina; se inflan los precios y se desinfla la economía.
PBI = C + I + G + (X-M)
Se dice que el gasto agregado es el consumo, más la inversión privada, más el gasto público, más las exportaciones netas (el saldo luego de un ejercicio que cuantifica lo que vendemos menos lo que compramos al mundo). Se dice que el nivel de consumo depende del nivel de ingresos, el nivel de inversión del nivel de tasas de interés, el nivel de gasto público del nivel de impuestos y el saldo comercial del nivel del tipo de cambio. ¿Cómo está Argentina hoy?
El nivel de ingresos -que debería empujar el consumo-, ha caído en términos reales. El nivel de tasas -que debería empujar la inversión-, está por las nubes. El nivel de impuestos -que debería racionar el gasto público-, ha llegado al tope de asfixia de la economía (ahogando el consumo de manera adicional dado que acota el ingreso disponible después de impuestos y ahoga la inversión privada porque reduce la tasa de retorno y valorización de la inversión adicionando a la tasa de interés exuberante ese imposible nivel impositivo). El saldo externo de la cuenta corriente del balance de pagos por vía de la balanza comercial mejoró en el último mes debido la devaluación.
Se optó por la salida externa como una manera de sacar presión a una olla para que no explote. Pero el nivel de salida externa no alcanza a despresurizar la presión interna de la economía con la velocidad necesaria y rogamos por "una cosecha récord" y "los saldos positivos de vaca muerta" (aunque también por algún milagro de suba de precios de nuestras exportaciones tradicionales y el crecimiento de Brasil con lo cual se pueda acelerar el ingreso de dólares vía precio con independencia de cantidades). De manera adicional comienza en breve el pago de servicios de deuda, lo cual empujará un crecimiento negativo del saldo externo en dólares empujando más el desequilibrio del balance de pagos. En otro orden, la inflación interna erosiona la devaluación nominal como vía de escape para quitar presión y el tipo de cambio real vuelve a mostrar síntomas de retraso. Para salir de estanflación es imprescindible soltar el tipo de cambio bajando las tasas para empujar inversión, pero esto empujará a la porción de suba de precios atada al sector externo que se pretende anclar con el tipo de cambio retrasado (la estructura de producción con gran proporción de costos en dólares por su dependencia externa). El tipo de cambio atrasado retrae la salida externa y vuelve la dinámica al punto de partida, acelerando la presión interna de la economía. Para salir del atolladero en el que se encerró la actual administración, hay que hacer dos cosas. Primero; comenzar por dejar de transferir a toda la economía unos agobiantes desequilibrios del sector público forzando precios irreales mediante política macroeconómica. Segundo; tomar las riendas de la madurez y dar señales claras de decisión política -no solo palabras-, que muestren que no hay otro camino posible. Se llama liderazgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario