miércoles, 22 de junio de 2016

Las Miserias de Eduardo Aliverti


Eduardo Aliverti, uno de los más respetados editorialistas al cual rinden pleitesía los kirchneristas, ha analizado los acontecimientos de la causa López -la de los bolsos con dólares en el convento-, una vez más en términos de buenos o malos, limpios o sucios, dignos o indignos, merecedores o inmerecidos, ricos o pobres, víctimas o victimarios, dictadores o demócratas.

Claro, ha puesto a los malos, sucios, indignos, inmerecidos, ricos, victimarios y dictadores, del lado de los acusadores. Y ha puesto a los buenos, limpios, dignos, merecedores, pobres, víctimas y demócratas, del lado del sufrimiento al que las circunstancias ha empujado. Y estos últimos no son otros que los propios kirchneristas engañados por esa especie de monstruo de la tropa propia que por tres décadas ejerció la función de cajero de la obra pública del movimiento que los aglutinó, engañando a todos y haciendo las mieles de los genocidas de otrora que se regodean con la noticia.

Aliverti intentó, mediante su editorial, definir al natural sentido de justicia -expresado en las exclamaciones de augurio ante el avance de la investigación que nutre una causa justa-, en términos de una especie de "goce orgásmico de gente mala". Y ha intentado poner de relieve que hechos como éste son solo una nimiedad ante otros tantos de antaño que han quedado sepultados con el paso del tiempo y el relato de la historia. Y, como era de esperar en este empalagoso sujeto, sacó el comodín acostumbrado; la dictadura.

Nuevamente nos ha retado desde su tedioso pedestal moral, mirándonos desde una supuesta altura -que no es tal-, pretendiendo corrernos con la culpa. Sutilmente nos alza la voz argumentando que los ciudadanos de a pié que solo trabajan, pagan impuestos y peajes políticos, somos una especie de idiotas que solo aplaudimos nimiedades como focas haciendo las mieles de las élites -a las que este burro llama "derechas"-, las cuales chupan la sangre del pueblo argentino.

Sujetos como Aliverti son la causa de nuestra pobreza generalizada, no su solución. Con su tarea camufla el accionar más regresivo de una sociedad, un proceso que podríamos definir como "redistribución inversa del ingreso", que fluye desde los más necesitados y que más trabajan hacia los que menos generan y más necesitan. Proceso tan bien pergeñado por -y representado en-, la casta política que conforma su movimiento. Aliverti pretende dar vuelta el derecho y la legitimidad acusatoria del ciudadano honesto extirpando su potencial indignación, y lo recrea como un idiota inconsciente apto para el escarnio público.

Este sujeto es la cusa y no la solución porque precisamente ha dedicado todo su esfuerzo intelectual para justificar las tropelías políticas que se han dedicado a romper antes que a crear, a golpear antes que a tender la mano, a señalar antes que a comprender, a dicotomizar antes que aunar, a envilecer antes que a enaltecer.

En definitiva, A EMPUJARNOS AL EMPOBRECIMIENTO ANTES QUE AL CAMINO DE LA RIQUEZA.

El día que nos desprendamos definitivamente de este tipo de sujetos y personajes seremos una sociedad mejor, más noble, justa, sincera y rica. Ya no tengo absolutamente ninguna duda.


1 comentario:

  1. Estos pseudo intelectuales devenidos del odio y la imaginación intoxicada, y a pesar de ser necesaria su existencia, son tan retorcidos que quienes los siguen no tienen la mas puta idea de lo que están hablando ni de donde sacan sus elucubraciones tan tenebrosas. Es como si lo dijeran solo para ellos, a un reducido grupo de chupa pijas que solo lo asimilan en retribución que, llegado el caso, ellos mismos serían alabados. Lo que dicen es basura, palabras con aguijón, que conforman un enjambre de abejas asesinas, cuyo único sentido es la destrucción. Y el enemigo, es todo lo que vaya en contra de su sistema cerrado de supervivencia. El pueblo mientras tanto no sabe si lo están sacrificando en el matadero, o si serán devorados vivo , aunque ya muertos, se dice de ellos, de sus fieles seguidores: Ya no es vida la que pasan estos pobres muertos.

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