En Bolivia cambian el sentido de las agujas del reloj para cambiar la "hegemonía del norte". Click aquí.
O sea, se quedaron en el nivel de las apariencias, dado que la concepción occidental del reloj, no solo es el sentido de ubicuidad en tiempo mediante cálculo sistemático (que permanecerá inalterado con ese cambio), sino también, y gracias a ese sentido, conlleva en sí mismo un mecanismo de ajustes y engranajes que brindan una perfección repetitiva digna de una expertise mecánica sin parangón.
Si los bolivianos quieren revolucionar algo, mejor que se pongan a inventar un nuevo concepto de tiempo, o que no crean más en él. O que le canten loas a los extraterrestres o a Evo Morales.
Pretender hacer una especie de "revolución cognitiva" cambiando el sentido de las agujas del reloj (convencidos que deconstruyen una dominación que llevamos en el inconsciente y que iría montada en una especie de costumbre a un paradigma establecido que nos pasa inadvertido), es como creer que prohibiendo el uso de sotanas se terminará con la religión.
¿Puede la estupidez humana llegar a estos niveles? Evidentemente, por estos pagos, parece que sí.
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