viernes, 21 de marzo de 2014

Riqueza, Pobreza y Competencia

Una explicación al respecto de la pobreza y la estructura económica que, espero, puedan comprender todos, o la mayor cantidad de personas posible. Voy a parangonar la productividad de una economía con el desarrollo de una carrera de Fórmula 1.

Como es sabido –aunque hoy es puesto en duda-, la Fórmula uno es la categoría máxima del automovilismo mundial, por lo tanto, quienes tengan un lugar ahí, estarán en la élite de sus respectivos conocimientos y desarrollos. Como sabemos también, en la categoría hay equipos que prácticamente están condenados a ser meros participantes, aunque su objetivo pasa por mantenerse ahí, en el pináculo: Son cola de león, y de alguna manera prefieren ese estatus a ser cabeza de ratón; ser últimos en Fórmula uno en muchos aspectos es mejor a ser primeros en Fórmula Máster, y es más duro ser el último de los primeros que el primero de los últimos.

Para que un vehículo pueda largar una carrera de Fórmula uno, no debe ser más lento que el 7% de la velocidad del vehículo más rápido. Un ejemplo; si la vuelta del vehículo más velos al momento en que clasifican para largar la carrera es de un minuto –el tiempo más veloz de todos los que realizan una vuelta completa a ritmo lanzado-, el auto más lento no puede largar si no da la vuelta en, al menos, 64,2 segundos –se descuenta el 7% que serían 4,2 segundos-. O sea, si lo hace en un minuto 4 segundos y dos décimas -64,2 segundos-, no larga, queda excluido. ¿Por qué? Precisamente porque su lentitud lo hará transformar en un estorbo para el espectáculo, para la competencia, poniendo en riesgo de accidente la misma entre otras cosas –como no cumplir con el estándar velocista que la categoría prevé-.

Un punto aquí, imaginemos que “los ricos” son el techo y medición de parámetro de “los pobres”. Cuando más veloces los equipos ricos, más necesitaran mejorar velocidad los equipos pobres. Esto puede lograrse en parte porque los equipos ricos transfieren material ya probado a los equipos pobres cuando descartan por otros nuevos, así, la transferencia técnica más la experticia e ideas con escasos recursos de los equipos pobres, logran que éstos mejoren proporcionalmente van mejorando los ricos. Suele suceder que de tanto en tanto, equipos de cola muestran avances importantes haciendo rendir más los viejos materiales de lo que lo hacían rendir en su momento los equipos ricos cuando los utilizaban. De esta manera y bajo esa dinámica, muchas veces, el incentivo de los ingenieros jóvenes en los equipos chicos crece y es el combustible que los mantiene activos y atentos a nuevas ideas, puesto que éstos son una especie de vidriera para los más grandes. Cuando este tipo de ideas y saltos aparecen, los equipos grandes solicitan a los pequeños esos ingenieros –muchas veces intentan robarlos con suculentas cifras bien tentadoras-. En paralelo, y si los equipos pequeños ha conseguido previamente –gracias a esas ideas que se plasmaron en pista-, el golpe de efecto suficiente para captar una esponsorización acorde y de la mano de haber sido un equipo revelación, muchas veces retienen ese acervo de conocimiento pudiendo mejorar el pago de esos ingenieros y comienzan a avanzar en la grilla, llegando a competir con los grandes. Ha sucedido muchas veces, y de hecho volverá a suceder. Ahora imaginemos a una economía.

Como es históricamente innegable, la separación entre ricos y pobres es uno de los grandes temas que siempre están presentes; ¿Qué cosa es lo que separa a estos extremos? ¿Cómo acortar esas brechas? ¿Cuáles son los incentivos para hacerlo y de qué manera incorporarlos? ¿Qué estado se puede definir como riqueza y cual como pobreza?

Aquí una de las cosas que siempre es motivo de discusión es la mirada en términos absolutos o relativos del fenómeno. Y también aquí suela apelarse a la metáfora de la cola del león y la cabeza del ratón. Desde la visión relativa suele sostenerse que un pobre en estados Unidos tendría el nivel de consumo y las necesidades resueltas en mayor medida que un rico en la República de Chad; el primero correría en la categoría máxima cumpliendo la regla del 7% en tanto que el segundo correría en una categoría zonal. Sin embargo, el pobre en Estados Unidos, innegablemente, es efectivamente pobre y compararse con el ciudadano de Chad no lo hace rico y es deseable que tanto uno como otro salgan definitivamente de ese estado. Sin embargo no hay que perder de vista que sus pobrezas se miden con el techo que ha generado la riqueza: Cuanto más alto el techo de generación de una economía, tanto más alto el piso con el que se mide la pobreza; las necesidades básicas de la república de Chad pasan por ver cómo mantener la vida más allá de los 40 años de edad. Las necesidades básicas de Estados Unidos pasan por cambiar el nivel proteico de la dieta, elevar la cantidad de metros cuadrados de vivienda con comodidades estándar, poder acceder a un medio de movilidad independiente y poseer conectividad. La alimentación, la protección contra las inclemencias naturales, el resguardo ante el frío en invierno y el solaz ante el calor en verano, suelen ser un aspecto ya suplido (no olvidar los homeless, los hay en todas las economías y en todo momento histórico, lamentablemente).

¿Qué es lo que hace que una persona que pertenece al sector denominado pobre de un lugar, esté en mejores condiciones que otra denominada en la misma categoría en otro? Reitero, el techo con el cual se miden.

Si en el ejemplo la búsqueda de mayor velocidad de los equipos fuertes en cierta medida beneficiaba al impulso de los equipos débiles, en la economía sucede lo mismo. La búsqueda de mayor ganancia mediante la competencia del sector empresarial vía innovación, eleva el techo de productividad estructural de la economía acelerando el proceso de transferencia de bienes y servicios que van siendo captados por todas las capas de la población. Los costos bajan progresivamente y, con ellos, los precios, transformando así en accesibles bienes que anteriormente eran una utopía poder ser alcanzados por las capas inferiores de consumo. En 1991 un giga de almacenamiento costaba aproximadamente unos 10 mil dólares, hoy lo podemos adquirir multiplicado por 8 en un pendrive que a precio de mercado no cuesta más allá de 80 pesos -lo que en 1991 habría costado 80 mil dólares hoy lo adquirimos con tan solo diez dólares-.

De la misma manera, en la medida que la competencia se acelere y los jugadores pretendan mantener ciertos estándares de excelencia, el proceso se realimenta dejando atrás los círculos de pobreza eterna. Sí, la pobreza absoluta parece no encontrar una salida; de la misma manera que no todos pueden ganar en una carrera de Fórmula 1 -y menos aún hacerlo todos al mismo tiempo-, no todos podemos ser ricos en extremo y al mismo tiempo. No al menos en este tramo de la historia de la humanidad.

Solo los incrementos de productividad son los responsables de sacar a la humanidad de la pobreza, no existe otra cosa; el voluntarismo solo la ha sumido en luchas, desencuentros, desconcierto, desidia y, finalmente, pobreza.

Es paradójico que siguiendo los mismos parámetros, alguien con ideas afines al socialismo comunista que lea este escrito, seguramente detestaría mi posición. Sin embargo, se identifica con un sistema que se ha caracterizado por agrandar la brecha que entre los extremos se presenta. En efecto, cuando cae el muro de Berlín, pudo observarse cruda y cabalmente que solo unos pocos burócratas podían vivir como una persona de clase media en una sociedad capitalista y el resto de la sociedad vivía como lo había hecho el sistema de mercado casi medio siglo antes; en 1990 vivían rodeados de artefactos similares a los que el mundo capitalista había descartado en 1950. Y, finalmente, el extremo pobre de esa sociedad socialista, en la categoría de los homeless del mundo capitalista; recibiendo limosna del turismo y palos de la policía en la plaza roja. .

¿En qué está pensando un comunista cuando ataca una postura realista sobre la acción de producción y transferencia vía incentivos tildando a ésta como una apología de los poderosos contra los desposeídos a la par de estar buscando un igualitarismo que ha demostrado una y mil veces que decanta en pobreza generalizada?

Por momentos creo que piensa, una y otra y otra vez, en jugar en las categorías chicas. Se sabe apto para ser líder en un entorno de baja altura, y se sabe tan solo un elemento ínfimo y efímero en una sociedad de techo alto.

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