lunes, 14 de octubre de 2013

NOBEL DE ECONOMÍA 2013

Hay bastante ruido entorno al Nobel de Economía entregado a tres Estadounidenses sobre un tema que tiene que ver con la formación de precios de activos en el futuro y su posible predicción en el presente. Algunos lo interpretan como magia, otros como diletancia, también tarotismo, astrología o astronomía aplicada a la ciencia económica -aunque podríamos volver al tan mentado tema de la física-.

Lo que debemos tener en cuenta, creo, es la obsolescencia del sistema institucional mediante el cual discurre el conocimiento y su correspondiente "corroboración de calidad" o sello de viabilidad y seriedad, por llamarlo de alguna manera.

En tal estructura, los investigadores están obligados a escribir "tanto por año", asistir a cierta cantidad de congresos en determinado tiempo. A buscar un "tema original", y así, cientos de miles de personas corren escribiendo y escribiendo. ¿Alguien puede pensar que en ese ejército de cientos de miles de escribas y observadores cada uno de ellos puede mantener originalidad sobre la base de una obligación?

Soy de los que piensan que más bien son un rejunte que termina decantando en un gran maratón, en donde el desafío es estar sin más. Entregar un Nobel por año en ese contexto, es una inevitable conducta formal para mantener la maquinaria en funcionamiento, aunque la repetición de un premio por año se transforma a la vez en su contrario.

Progresivamente vacía su propia categoría mostrando de manera inevitable, que lo investigado ya esta contenido en escrituras económicas de hace siglos, o bien son meras lineas de aproximación que se van alejando inexorablemente de la originalidad específica para la cual el premio estaría orientado. "Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes", escribió Sir Isaac Newton en una carta a Robert Hooke en 1676. Y es interesante el contenido de esa frase (originalmente enunciada por Bernardo de Chartres), lo que cobra relevancia hoy en día; a más y más premios presentes, más enanos actualizados y mayor altura y grandeza de los hombros de los gigantes en los que vamos montados.

Y hoy, una vez más, el Nobel de economía parece ser un repetido ejercicio de selección mediocre que premia más "los contactos" que un pensamiento original. Comenzarán las críticas marxistas, las austriacas, las neoliberales, las keynesianas -neo, post y new-, y, obviamente, también las amateurs.

Yo por mi parte digo: si me midiera en mi ciencia como un tenista ha de medirse en el circuito ATP, estaría probablemente en el puesto 3 millones. Y desde ese lugar: ¿Podría criticar al número uno? Creo que no, aunque podría criticar el sistema de puntuación indicando que es injusto...

Bueno, espero se haya comprendido el mensaje. El Nobel de economía entonces, para Lars Hansen, Robert Shiller y Eugene Fama. El tema; "análisis empíricos sobre los precios de activos". Validez del tema; "Posibilidad de predecir el curso amplio de los precios en periodos largos de tiempo". Felicitaciones!

Y a quienes no han ganado el Nobel, a seguir trabajando...

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